El gobierno de Estados Unidos ha ordenado la evacuación voluntaria del personal militar y los dependientes de la embajada en Irak y otras instalaciones clave en el Medio Oriente, en medio de un aumento de las tensiones con Irán. Esta decisión se produce tras una notable desaceleración en las negociaciones nucleares, donde el presidente Donald Trump ha expresado que la paciencia diplomática está llegando a su fin.
El ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, intensificó las tensiones al declarar que las bases estadounidenses están “dentro de nuestro alcance” si estalla un conflicto, lo que señala una escalada significativa en una crisis que ya desestabiliza la región.
Tensiones crecientes y retirada diplomática
La medida de evacuación se da en un contexto donde la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) ha criticado a Irán por obstruir inspecciones y enriquecer uranio a niveles superiores a los necesarios para fines civiles. El director general Rafael Grossi destacó la incapacidad de confirmar que el programa nuclear iraní sea pacífico debido a los problemas no resueltos relacionados con las salvaguardias.
Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, autorizó el regreso a su país de los dependientes militares en Bahréin e Irak, aunque la base aérea Al Udeid en Catar permanece sin cambios. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, enfatizó que esta acción es “precautoria” y no indica un conflicto inminente.
Diplomacia bajo presión
Trump admitió tener “mucho menos confianza” en alcanzar un acuerdo nuclear durante una entrevista con el New York Post, lamentando la obstinación de Irán. “Están pidiendo cosas que no se pueden hacer”, afirmó el presidente, refiriéndose a la insistencia de Teherán sobre el enriquecimiento de uranio. Sus comentarios reflejan preocupaciones dentro de su administración sobre la postura cada vez más inflexible del régimen iraní.
A pesar del pesimismo generalizado, los negociadores estadounidenses buscan un avance durante las conversaciones indirectas programadas para este domingo en Omán. Sin embargo, persisten las dudas: el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán ha rechazado públicamente propuestas anteriores como insuficientes. “No renunciarán a la bomba”, advirtió Hegseth ante legisladores, delineando planes contingentes para desactivar instalaciones nucleares iraníes si fracasan las negociaciones.
Creciente riesgo histórico
Este estancamiento refleja un patrón donde Teherán aprovecha pausas diplomáticas para expandir su programa nuclear. Durante la administración Obama, Irán supuestamente acumuló centrifugadoras y enriqueció uranio mucho más allá de los límites acordados. Las conversaciones actuales enfrentan mayores peligros: Irán ahora posee tecnología avanzada rusa y misiles de mayor alcance, lo que eleva las apuestas para cualquier respuesta militar estadounidense.
Las advertencias de la IAEA sobre sitios “sanitizados” complican aún más las inspecciones, sugiriendo manipulación para ocultar actividades ilícitas. “El comportamiento de Irán es una clara desviación respecto a sus afirmaciones anteriores sobre transparencia”, declaró Grossi durante una reciente sesión en Viena.
Cruzando caminos hacia la no proliferación global
A medida que la diplomacia se encuentra al borde del colapso y potencialmente cerca del conflicto armado, Trump enfrenta una elección entre lanzar ataques unilaterales—lo cual podría arrastrar a aliados regionales al conflicto—o reimponer sanciones sin garantías claras. El Medio Oriente se prepara para posibles convulsiones mientras Irán desafía los límites de la determinación occidental.