China está llevando a cabo la producción masiva de millones de robots sexuales infantiles equipados con chatbots de inteligencia artificial, dirigidos a pedófilos en países occidentales. Esta alarmante revelación proviene de recientes informes sobre fábricas chinas de muñecas sexuales, las cuales han experimentado un aumento significativo en la demanda. Las inquietantes imágenes que muestran estos juguetes realistas en proceso de fabricación destacan la evolución de esta industria, que ha avanzado desde simples muñecas de silicona hasta sofisticados robots antropomórficos en los últimos años.
Las características realistas de estos robots impulsados por IA, diseñados para satisfacer demandas ilícitas, han suscitado serias preocupaciones éticas y legales a nivel global. Según reporta Dailymail.co.uk, WMDoll, uno de los mayores fabricantes de muñecas sexuales en China, anticipa un aumento récord del 30 por ciento en sus ventas este año gracias a la adopción de herramientas de IA generativa como ChatGPT.
Un avance inquietante en la tecnología
El fundador y director ejecutivo Liu Jiangxia declaró que esta tecnología hace que las muñecas sean más receptivas e interactivas, lo que proporciona a los usuarios una mejor experiencia. “En el pasado, estas muñecas tenían como función principal satisfacer las necesidades sexuales de los usuarios”, explicó Jiangxia. “Pero a medida que sus características físicas, como los movimientos de cabeza y articulaciones y la textura de la piel se volvieron más realistas, nuestros clientes comenzaron a buscar compañía emocional en las muñecas”.
Desde 2016, la empresa ha incorporado inteligencia artificial en sus productos, mejorando continuamente gracias al acceso a tecnologías de código abierto que han permitido reducir costos. Las muñecas están fabricadas con termoplásticos que se calientan a 37 grados Celsius para simular la temperatura corporal humana y cuentan con sensores que les otorgan una sensación más humanizada.
Un mercado perturbador
Otro fabricante, Shenzhen Atall Intelligent Robot Technology, mencionó que la mayoría de sus clientes son hombres entre 40 y 50 años provenientes de Europa y Estados Unidos. Los usuarios pueden solicitar muñecas personalizadas que rondan los $3,000 y poseen una piel suave y elástica hecha de plásticos especiales que no emiten olores.
Lo más impactante es que la compañía también ofrece robots sexuales infantiles, tanto masculinos como femeninos. Se estima que el mayor mercado para estos productos se encuentra en Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, este tipo de fetichismo no es nuevo; diversas redadas policiales alrededor del mundo han llevado al decomiso de estas muñecas y a la detención de usuarios desviados.
Reacciones sociales y éticas
Las reacciones ante estos desarrollos son variadas. Algunos críticos argumentan que estos productos refuerzan estereotipos sexistas o incluso fomentan la pedofilia. En plataformas sociales chinas como Weibo, se plantea si el avance tecnológico en los robots sexuales podría llevar a algunos hombres a preferirlos sobre el respeto hacia sus parejas humanas.
A pesar del escándalo generado por estas prácticas comerciales, hay quienes defienden su existencia bajo el argumento de liberar a las mujeres de expectativas tradicionales impuestas por ciertos hombres. La feminista china Xiao Meili sugirió que si cada individuo solitario optara por adquirir una muñeca sexual, esto podría liberar a muchas mujeres del peso social impuesto por esos hombres.
China ha sido reconocida como el principal productor mundial de juguetes sexuales, empleando aproximadamente un millón de personas en esta industria valorada en 6.6 mil millones de dólares. Este fenómeno plantea interrogantes éticos profundos sobre el futuro del deseo humano y las relaciones interpersonales.
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