Fue nuestro profeta, Aristóteles, el que comenzó a escribir sobre política. ¿Qué era para Él y sus contemporáneos la Política? Una ciencia que fuese acumulando conocimientos y después enseñase a los seres humanos a gobernar de forma técnica sus ciudades, (Polis = Ciudad), de ahí lo de Política y políticos.
Huelga decir que hasta la llegada de los filósofos Helenos todo criterio de gobernanza se basaba en los Espíritus (Dioses), y los mortales debían obedecer y no pretender aprender nada sobre ello. Este es el criterio que se derribó en Inglaterra con la revolución de 1.649, en la que le cortaron la cabeza a su rey (Carlos I) y defendieron que la gobernanza de los pueblos era algo humano, para humanos y con conocimientos adquiridos y practicados por humanos. Hasta ese hecho, ese era y siguió siendo el criterio impartido por el Magisterio de la Sagrada Iglesia Católica, y el aplicado por todas las monarquía más avanzadas, hasta que en todas ellas decayó por la fuerza interna- derrocamiento de sus monarcas-, Francia (1.789), Rusia (1.917) España (1.931), Alemania (1.918) o por la externa –aplicación de criterios constitucionales aunque se mantuviesen estos monarcas- Holanda, Suecia, Dinamarca, Bélgica…
Los conocimientos que se manejaron hasta ese momento histórico eran los aprendidos de la propia Hélade y sobre todo los aplicados y explicados por la república de Roma. Allí sí que experimentaron, aprendieron, practicaron y enseñaron a los demás pueblos y a la posteridad, que existía una ciencia que se llamaba política, y que enseñaba los mejores conocimientos para gobernar a los pueblos con sabiduría y no con supersticiones y dogmas ocultos.
Es cierto que se desarrollaron grandes conocimientos de índole administrativa, para los ministerios, o la propia administración militar. Eran conocimientos técnicos, que aún con monarquías absolutistas de la Edad Media, se ponían en práctica y eran enseñados en los centros educativos. Aunque la cúpula de dichos conocimientos no era conceptuado como algo técnico o científico, si no como un conjunto de metafísicas que no podían ser designadas con criterios técnicos, porque de hacerlo, perdían su aureola de míticas y espirituales, y así ha llegado a nuestros días.
En estos momentos en los distintos parlamentos de occidente y en los propios EEUU no se habla de la ciencia de la gobernanza del país y de cuáles son los mejores conocimientos para avanzar mejor y disponer de un mejor estado, no, lo que se sigue hablando es de Libertad, Igualdad, Justicia, Ética o Independencia.
Por otra parte no hay ni un solo tratado que nos explique qué es eso de la Libertad, la Igualdad, La justicia, La Ética, La Independencia o la Soberanía. Tal es así que si tres o cuatro catedráticos inician una tertulia sobre estas materias a los diez minutos se van a tomar cañas porque saben que están ante un absurdo, o lo que en realidad es, un montón de Mitos sobre los que se puede decir lo que uno quiera, usarlos para realizar lo que desee, desde salvar a unos niños a masacrar a unas niñas, o viceversa. Y sobre todo, de algo que uno puede decir una cosa y su interlocutor entender justo la contraria. Mitos y Palabrería, nada más. Exactamente igual que cuando los antiguos hablaban del poder del Espíritu Santo o de la Iluminación Divina para gobernar.
Si queremos pasar del Kaos al Logos, es hora que dejemos que llegue la Medicina y acabemos con la Brujería y el Chamanismo. Es hora de acabar con estos Mitos políticos para hablar de la ciencia de la gobernanza. De los criterios técnicos para administrar y dirigir un estado. De Ciencia Política.
Para ello debemos extraer todos los conocimientos que hasta la fecha son aceptados por los expertos en dicha ciencia y comenzar a expandirlos y aplicarlos a la hora de tomar decisiones. Elaborar los libros al efecto y enseñarlos a los alumnos sin demora alguna. De esa forma puede que dentro de treinta o cuarenta años dispongamos de médicos, a los que se les enseño Anatomía y Fisiología, y no lo que tenemos ahora, a brujos que cada día nos sueltan una solemne palabrería sobre la Libertad de este pueblo o la Igualdad de estos o aquellos ciudadanos, y nos habla mucho de Justicia, sí, pero al día siguiente, con la misma palabrería, nos justifica todo lo contrario.
Adiós a los Mitos, es hora de Conocimientos.