Internet provocará más de un infarto
martes 11 de septiembre de 2018, 21:33h
La que se les viene encima a muchos políticos, que son los que cobran de nuestros impuestos, ni se lo pueden imaginar. Internet, que fue una bendición para consultar y agilizar las búsquedas, va a provocar más de un infarto.
La que se les viene encima a muchos políticos, que son los que cobran de nuestros impuestos, ni se lo pueden imaginar. Internet, que fue una bendición para consultar y agilizar las búsquedas, va a provocar más de un infarto.
Lo de la ministra, o ex-ministra Carmen Montón puede ser un aperitivo para los de eldiario.es. Son cientos, cuando no miles, los TFM (Trabajos Fin de Máster) de nuestros políticos que no van a pasar la prueba del algodón.
Son varias las redacciones de los llamados “confidenciales” que han analizado muchos TFM y resulta que todos tienen corta y pega, cuando no de la Wikipedia, o de otros trabajos que se encuentran en la nube. Por eso el celo de muchos de nuestros mandamases, incluido Pedro Sánchez, de que su manuscrito no llegue a la canallesca, no sea que alguien descubra que a lo mejor hubo plagio.
Ahora no paran de intentar que los “confidenciales” les filtren a quien apuntan. Antes, con la zanahoria de la publicidad institucional se compraba a los del papel sin ningún recato. Y si no, que se lo pregunten a la muñeca diabólica que se paseó por Moncloa callando a golpe de dossier a quien osara ponerse ante sus pretensiones que le han llevado a que se retire de la política una vez que su mentor, Mariano, tirara la toalla para que los españoles sufriéramos, de nuevo, una pasada por la izquierda radical y descerebrada.
Con los “confidenciales” la zanahoria de la publicidad institucional no funciona, porque cada escándalo que publica se convierte en el maná de millones de visitas y millones de ingresos en la llamada publicidad programática, o de agencias, que no saben de política. Sólo saben de impactos, y rendimiento de lo que invierten.
Dicen que internet ha matado a la prensa. A la impresa es posible, pero gracias a los digitales, como el de Nacho Escolar, la libertad de expresión parece que está salvada. Quizá por eso el empeño de muchos políticos por que se imponga la ley europea de copyright. El caso es que todo vuelva a ser controlado como antes del año 95 del siglo pasado.