La calificación del crimen ocurrido en un piso de Carabanchel como asesinato y la solicitud de 25 años de cárcel, la mayor pena que acarrea este delito, fue llevada a cabo por el fiscal y la acusación particular, quienes defienden a la hermana de la víctima.
Las versiones totalmente dispares entre las acusaciones y el procesado ha llevado a que, finalmente, sean dictaminados por un jurado popular.
La declaración ante el juez revela que, según el asesino, se encontraron el 23 de febrero de 2018 mediante una aplicación y que la víctima vivía cerca de él, compartiendo intereses sadomasoquistas en las relaciones sexuales.
Durante un momento específico, ocurrió "una pelea feroz" debido a que le causó una herida en el cuello mientras participaban en juegos violentos.
"Estaba lleno de sustancias y muy ido", señaló el acusado, quien luego mencionó que se le fue de las manos. "Porque estaba hasta arriba de sustancias, fueron dos minutos de locura y no recuerdo más", manifestó ante el instructor, a quien indicó que le apuñaló pero no de gravedad.
Entró en pánico y se fue del piso sin saber que la víctima había fallecido, quien cayó de espaldas. "No supe reaccionar. No sabía qué hacer".
"Veía todo nublado"
Ante el magistrado, el asesino expresó su arrepentimiento y afirmó que las sustancias que consumía desde los 15 años eran la causa de su asesinato. En ese momento, declaró: "Soy católico, apostólico y romano".
"De forma súbita y sorpresiva, clavándole de forma repetida y consecutiva un arma de doble filo con hoja de aproximadamente 1,5 cm de anchura", el agresor atacó a la víctima, según afirma el fiscal en su escrito de acusación. La víctima no pudo defenderse y recibió hasta 65 puñaladas por diferentes partes del cuerpo, principalmente en el cuello y abdomen.
Solicita que se le condene a 25 años de cárcel por un delito de asesinato, sin considerar ningún tipo de atenuantes, y por un delito de hurto. Además, se pide que indemnice con 24.000 euros a la hermana del fallecido debido a estos hechos.
En su escrito de acusación, la hermana destaca a través de su abogado que la autopsia determinó que la víctima carecía de cualquier herida de defensa significativa.
"Horas después de su muerte, se encontró que presentaba un nivel de alcohol etílico en sangre de 1,70 g/L. Esto indica que se encontraba en la "fase de confusión", lo que explica su vulnerabilidad ante los hechos ocurridos".
Los hechos se sucedieron en la calle Alejandro Sánchez de Madrid, donde fue hallado muerto por un amigo de la víctima el 25 de febrero de 2018. La Policía fue alertada por este, quien descubrió que estaba desnudo y había recibido varias puñaladas en su casa.
Contrató a un cerrajero debido a la gran preocupación que tenía, ya que llevaba dos días sin responder.
Conocido como 'el asesino de Grindr'
Najuzaith Z. D., un puertorriqueño de 35 años, fue encontrado con más de 40 puñaladas en todo su cuerpo, incluyendo una mortal en el cuello. Después del crimen, el agresor escapó a Latinoamérica.
Se inició una investigación por parte del Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional, basándose en las redes sociales del fallecido. Durante el proceso, se pudo constatar que había quedado con alguien y que esta persona, al día siguiente, había tomado un avión. Como resultado de estos hallazgos, esta persona se convirtió en el principal sospechoso.
En cámaras cercanas a la escena del crimen, se encontraron imágenes donde se le ve y en la casa del difunto hallaron numerosos restos de AND, ya que sospechaban que había mantenido relaciones sexuales con el asesino.
Las muestras encontradas en la casa del sospechoso fueron comparadas con otras y se obtuvo un resultado coincidente. En ese momento, se informó a las autoridades internacionales y a Interpol sobre su búsqueda, notificando lo sucedido a la Fiscalía.
Fue gracias a las redes sociales del presunto homicida y de sus familiares que lograron ubicarlo en un bar de un pequeño pueblo argentino llamado La Bombilla, en San Miguel de Tucumán, su lugar de origen, donde fue detenido.
Julián O. era el sujeto de la situación. Su aspecto físico, que era similar al de su ficha policial, casi no había cambiado. Los agentes creen que se escondió en varias casas y varios países.