Parecía que, con la caída en desgracia de la compañera y madre de los tres hijos de Pablo Iglesias, Irene Montero, el populismo globalista y machaconamente acusador se estaba diluyendo. Pero no. Ahora resulta que la candidata por el PP a la presidencia de la comunidad autónoma de Extremadura, tierra del socialista Fernández Vara, la miembro del Partido Popular María Guardiola, resulta ser una abortista seguidora de George Soros que está dispuesta a dinamitar el pacto con VOX porque no tienen en su credo la violencia machista y la defensa del colectivo LGTBI, que representa en realidad a menos de un seis por ciento de la población.
Y ya ha manifestado que está dispuesta que se repitan las elecciones antes de gobernar con los de VOX. ¿Cómo no? Hasta le da una secretaría en la mesa del parlamento a los de Podemos, tras entregar a la izquierda, a la socialista Blanca Matín, el control del mismo. Y a patir de ahora, serán los socialistas quienes impongan el calendario e incluso la covocatoria de nuevas elecciones.
Imagino que Feijóo la considerará imprescindible para que se encargue de la dirección general de Igualdad, y sea la protagonista que imponga en todos los colegios las enseñanzas de género y toda esa perversión que desde alguna parte se está propagando.
Algún experto analista ya la ve en el Gobierno de Feijóo como premio a la entrega de Extremadura a Fernández Vara, que ganó las elecciones, a cambio de que el PSOE le deje gobernar tras la sonora ruptura con el partido de Abascal, que tras comprobar la deriva del partido popular con las tesis globalistas de la agenda 20/30 decide no unirse al nuevo circo.
Porque Feijóo no ha cesado en propagar que necesitaba el pacto con los socialistas, y lo prefería antes de ir de la mano de VOX. Claro, para eso Pedro, el del “no es no al Partido Popular”, debía marcharse y dejar de ser secretario general de la calle Ferraz. Ya ha dejado claro que dejará que en Extremadura gobierne el PSOE. En Barcelona los del PP ya han votado a los socialistas, para que los altos cargos de Colau sigan mangoneando cuatro años más.
Porque el futuro alcalde de la Ciudad Condal ha sido, hasta hoy, la mano derecha de Colau en el Ayuntamiento de la ciudad más peligrosa de Europa, donde la delincuencia se está haciendo con las calles y si alguien no lo remedia en un tiempo deberán llamar a Nayib Bukele para que les enseñe como en El Salvador los criminales están encarcelados y por las calles nadie roba, nadie atraca, nadie asesina.
Como siempre, se comprueba que en el PP siguen acomplejados de nos ser de izquierdas y no tienen empacho en continuar las consignas financiadas por fundaciones globalistas como la The Open Society Foundations. Si los candidatos del PP se parecen a los del PSOE y Podemos, mejor que sigan los de Pedro, los auténticos, no los imitadores.