Grupos yihadistas vinculados al Estado Islámico sabotearon en la costa de la ciudad argelina de Annaba, fronteriza con Túnez, el cable submarino de comunicaciones SMWE4 entre Europa Occidental y el sudeste de Asia. Los islamistas tratan de convertir a Argelia en “la nueva tierra de la yihad”.
El Gobierno argelino ha movilizado todos sus recursos técnicos para reparar el cable submarino de comunicaciones saboteado a 15 kilómetros mar adentro de la ciudad de Annaba, junto a la frontera con Túnez.
En la primera comparecencia ante la prensa, el Director de comunicación de la compañía Algérie Telecom, Abdelmalek Touati, confirmó que la rotura del cable “había sido premeditada” al presentar destrozos en un tramo de cien metros.
Tras el repliegue en Siria, El Estado Islámico reagrupa fuerzas en las montañas tunecinas y proclama a Argelia “la nueva tierra de la yihad” Touati señaló que el cable, provisto de un blindaje en acero especial, sólo puede ser seccionado mediante material sofisticado que excluía la posibilidad de que hubiese sido arrastrado por el ancla de un mercante.
Los cables submarinos como el SEA-ME-WE-4 son posados en el fondo del mar, pero durante su fabricación son sometidos a estrictas pruebas de aplastamiento, entre ellas, hacer pasar por encima del cable un carro de combate de hasta 50 toneladas.
Los daños del cable confirman el sabotaje
Asimismo, el revestimiento con diferentes capas y blindajes elevan al máximo el “punto de ruptura” del cable. Los daños que presentaba el SMWE4 confirman que fue saboteado.
La reparación del cable fue efectuada por el buque cablero “Raymond Croze” enviado por la compañía internacional MECMA, que se ha hecho cargo de la reparación tras concluir la investigación llevada a cabo por especialistas de la Armada y de los servicios de inteligencia.
El sabotaje trata de “castigar” a Argelia por sostener la legitimidad del presidente sirio Al-Asad y su participación en un proceso negociador
El sabotaje efectuado por el Estado Islámico contra un cable de comunicaciones submarinas en el norte de África, coincide con el importante cambio que se está operando en el escenario geopolítico de Oriente Medio y, en concreto, con el nuevo enfoque para la solución de la guerra en Siria.
Solución política
Tras al éxito de los bombardeos rusos contra las bases del Estado Islámico y del Frente Al-Nusra (denominación de Al Qaeda en Siria), vuelve a cobrar fuerza la “solución política” del conflicto. El presidente sirio Bashar al-Asad se declara dispuesto a organizar elecciones legislativas y presidenciales a partir del momento en que su país se vea libre de los terroristas del Estado Islámico.
En este sentido hay que tener en cuenta que Argelia es el país árabe que desde el comienzo de la guerra ha sostenido la legitimidad del presidente Al-Asad y su participación en un proceso negociador.
Según supo MIL21 en fuentes de inteligencia argelinas el sabotaje al MSWE4 tendría como objetivo principal “castigar” a Argelia por su apoyo al régimen de Damasco.
Tras el repliegue en Siria, El Estado Islámico reagrupa fuerzas en las montañas tunecinas y considera a Argelia “la nueva tierra de la yihad”
Por otra parte, los servicios de inteligencia argelinos se encuentran en alerta antiterrorista desde hace ya varios meses, después de que se descubriera la correspondencia secreta entre el portavoz oficial del Estado Islámico, Abu Mohamed al Adnani, y uno de los comandantes militares de la brigada yihadista Okbah ibn Nafaa, un movimiento terrorista que opera en la región tunecina fronteriza con Argelia.
Montañas de Chaambi
En la citada correspondencia se alude al “desplazamiento de centenares de combatientes desde las montañas de Túnez hasta el territorio argelino”, que es considerado como “la nueva tierra de la yihad”. Se trata de terroristas procedentes de Iraq, Siria y Libia reagrupados en las montañas de Chaambi, en el suroeste tunecino.
La Inteligencia y el Ejército argelinos consideran que la llegada de yihadistas a las montañas de Chaambi es un “movimiento táctico” destinado a dedicar recursos militares y antiterroristas occidentales en un nuevo frente “para reducir la presión sobre el Estado Islámico en Siria e Iraq” como consecuencia de los bombardeos rusos.