Un cráneo de aproximadamente 300.000 años ha sido descubierto en la cueva de Petralona, Grecia, y no se clasifica como humano ni neandertal, lo que ha generado gran interés en la comunidad científica. Este fósil, que perteneció a un varón adulto joven, presenta una morfología desconocida que desafía las teorías sobre la evolución humana en Europa. El hallazgo original data de 1959, pero recientes estudios han utilizado tecnología moderna para precisar su antigüedad. Los investigadores sugieren que el cráneo podría estar vinculado a Homo heidelbergensis, revelando la complejidad de los orígenes humanos y posibles interacciones entre diferentes poblaciones antiguas.
Un reciente hallazgo en la cueva de Petralona, ubicada en Grecia, ha captado la atención de la comunidad científica internacional. Se trata de una calavera que, tras décadas de investigación, no ha podido ser clasificada como perteneciente a un ser humano ni a un neandertal.
Este fósil, que se estima tiene cerca de 300.000 años, corresponde a un varón adulto joven. Su morfología es inusual y no se alinea con los linajes conocidos, lo que plantea nuevas preguntas sobre la evolución humana en Europa.
El descubrimiento tuvo lugar en 1959, cuando un grupo de espeleólogos exploró la cueva de Petralona y encontró el cráneo cubierto por una estalagmita. Este hallazgo atrajo rápidamente la atención global.
De acuerdo con el Journal of Human Evolution, durante años se han llevado a cabo intentos para clasificar este fósil, generando debates y controversias. La datación del cráneo ha variado entre 170.000 y 700.000 años, sin llegar a un consenso definitivo.
Recientemente, un estudio aplicó tecnología de series de uranio para determinar con mayor precisión la antigüedad del recubrimiento mineral del cráneo. El resultado fue sorprendente: aproximadamente 277.000 años, lo que sitúa al cráneo alrededor de los 300.000 años.
Dicha datación indica que su propietario vivió durante el periodo del Pleistoceno, coincidiendo con los neandertales, aunque no pertenece a este linaje. Los expertos sugieren una posible relación con el Homo heidelbergensis.
Las características físicas del cráneo, como su tamaño y robustez, junto con el desgaste moderado de los dientes, indican que perteneció a un hombre joven adulto. Esta información contribuye a enriquecer el complejo rompecabezas evolutivo europeo.
A medida que surgen nuevos datos sobre este hallazgo, se reescribe parte de la historia europea y se pone de manifiesto cuánto desconocemos aún sobre nuestros orígenes humanos.
Lamentablemente, los investigadores subrayan que esta calavera no encaja ni en el grupo de los Homo sapiens ni en el linaje neandertal. Su descubrimiento revela un periodo transicional y posibles interacciones entre diversas poblaciones antiguas.
Cada avance en esta investigación proporciona nuevas perspectivas sobre la evolución humana y destaca las incógnitas persistentes acerca del pasado remoto de nuestra especie.
Cifra | Descripción |
---|---|
300,000 | Antigüedad del cráneo |
1959 | Año del descubrimiento |
170,000 - 700,000 | Rango de datación anterior |
277,000 | Datación moderna del recubrimiento mineral |