La tensión ha ido en aumento desde que Sánchez ha pisado tierra ceutí, recibiendo gritos e insultos a la salida del helipuerto de la ciudad, así como a las afueras del Palacio Autonómico, donde se ha encontrado con Juan Jesús Vivas.
El presidente del Gobierno, junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha sido increpado e incluso algunas personas del más de medio centenar que había presentes se ha saltado el cordón policial.
Sánchez adelantaba esta mañana que el Gobierno dará una respuesta en firme "para garantizar la seguridad ante cualquier desafío, ante cualquier eventualidad y bajo cualquier circunstancia.
Así lo ha transmitido en una declaración institucional desde La Moncloa, en la que se ha comprometido a "garantizar el control del tránsito en la frontera»" y a "proceder a la devolución inmediata de todo aquel que haya entrado de forma irregular en Ceuta y Melilla".