El cazabombardero ruso SU-24 derribado por la aviación turca trataba de impedir una “operación estratégica” del Estado Islámico que cuenta con la complicidad de altos militares de Ankara. El operativo consiste en facilitar el paso de centenares de yihadistas desde Siria a Turquía para embarcarlos en aviones fletados por Qatar y Emiratos Árabes Unidos con destino a Yemen y Libia donde el Estado Islámico proclamará dos nuevas wilayas o provincias del “Califato”, según ha sabido MIL21 en fuentes de inteligencia europeas.
Desde hace varias semanas centenares de combatientes del Estado Islámico o Daesh abandonan el territorio sirio por la frontera con Turquía de manera organizada con un nuevo destino: reforzar las incipientes organizaciones terroristas ligadas al Estado Islámico en Libia y Yemen, para proclamar en ambos países dos nuevas wilayas del “Califato” que dirige Abu Bakr al-Baghdadi, según las citadas fuentes de inteligencia europeas.
El derribo del SU-24 ruso fue también una represalia contra Putin por poner al descubierto en la Cumbre del G20 el negocio millonario del Estado Islámico en la venta del petróleo, en el que participan “intermediarios turcos” vinculados a las autoridades de Ankara.
La segura ruta turcomanaLa ruta más segura elegida por los yihadistas es atravesar la zona turcomana de Siria controlada por milicias armadas proturcas y falanges chechenas que combaten en Siria, aliadas del Estado Islámico y visceralmente antirusas.
La operación de envío de refuerzos terroristas a las nuevas wilayas comenzó hace ya más de un mes. El 26 de octubre pasado cuatro aviones procedentes de Turquía aterrizaron en Yemen con 500 milicianos yihadistas a bordo. Dos de los aviones pertenecían a la compañía oficial Turkish Airlines, otro al emirato de Qatar y el cuarto a los Emiratos Árabes Unidos.
El 26 de octubre cuatro aviones procedentes de Turquía aterrizaron en Yemen con 500 yihadistas
En Yemen los yihadistas fueron acogidos por oficiales de las Fuerzas Armadas de Arabia Saudí y distribuidos en tres localidades diferentes, según supo Mil21 en fuentes de inteligencia europeas. Príncipes saudíes financian generosamente al Estado Islámico desde sus inicios.
Acogidos por la milicia Fajr LibiaEn cuanto al otro destino de los yihadistas, en Libia, la operación comenzó antes, habiéndose detectado un primer envío masivo del Estado Islámico el 4 de octubre. Ese día aterrizaron en el aeropuerto de Mitiga, cerca de la capital Trípoli, dos aviones, uno procedente de Turquía y el otro de Sudán con 300 combatientes del Daesh.
El 4 de octubre aterrizaron en el aeropuerto libio de Mitiga dos aviones con 300 yihadistas llegados de Siria, vía Turquía y Sudán
Según los servicios de inteligencia del gobierno libio de Tobruk, los terroristas procedían de Siria y fueron trasladados a un cuartel en desuso de la ciudad de Al Joms, situada a 120 kilómetros al este de Trípoli escoltados por los islamistas de la milicia Fajr Libia (Milicia del Alba de Libia) que controlan la capital.
El cambio de estrategia del Estado Islámico obedece, según los analistas de inteligencia, a dos factores: al éxito de la ofensiva aérea rusa contra sus posiciones en territorio sirio comenzada el 30 de septiembre, y a la ofensiva de las unidades militares de los Peshmergas kurdos, de las milicias de Pasdaranes iraníes y del libanés Hezbollah, que combaten junto al Ejército sirio de Bashar al-Asad.
En estas condiciones las dos nuevas wilayas del Califato, Libia y Yemen, se han convertido en posiciones de repliegue y al mismo tiempo de expansión del Daesh.