La incautación por parte de los servicios antiterroristas argelinos de los mortíferos misiles “stinger” tierra-aire a una célula del Estado Islámico que intentaba penetrar en Argelia desde Libia, ha confirmado los peores temores de que los yihadistas preparan atentados con misiles en el norte de África contra aviones comerciales. Tras la caída del régimen de Gadafi entre 3.000 y 8.000 misiles de corto alcance procedentes de los arsenales libios están en manos de los yihadistas.
Los servicios antiterroristas argelinos consideran “probable” un ataque del Estado Islámico o Daesh contra aviones comerciales, tras incautar por vez primera seis lanzadores de misiles “Stinger” tierra-aire a una célula terrorista que intentaba penetrar desde Libia en la fronteriza región meridional de El Ued. El Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Argelia ha establecido el máximo nivel de alerta en todas las fronteras de Argelia con Libia y Túnez, según supo mil21.es en medios de inteligencia magrebíes.
Los servicios antiterroristas argelinos consideran “probable” un ataque del Estado Islámico contra aviones comerciales
El viceministro de Defensa y Jefe del Estado Mayor argelino, Ahmed Gaïd Salah, viajó este fin de semana a la 4ª Región Militar (Ouargla) para inspeccionar el despliegue del ejército ante un “deterioro de la seguridad sin precedentes”, según palabras del alto responsable militar recogidas por
el diario “El Watan”. El Ejército argelino mantiene desplegadas sus tropas en máximo nivel de alerta en la citada región militar, que comparte frontera con Libia, para evitar la infiltración de comandos yihadistas como el desarticulado.
Volar a 31.000 pies de alturaLos mortíferos misiles antiaéreos FIM-92 “Stinger” en manos del Estado Islámico y organizaciones afines en Libia preocupa a los servicios antiterroristas y de inteligencia occidentales, ya que el espacio aéreo norteafricano es surcado a diario por cientos de aviones comerciales que cubren rutas entre Europa y el Continente africano. El FIM-92 es un misil guiado por infrarrojo fabricado por Estados Unidos desde 1981 y es responsable del derribo de casi 300 aeronaves, en su mayoría militares. Con un peso de 10 kilos (15 kilos con el lanzador) y una cabeza explosiva de 3 kilos, es disparado desde el hombro por un solo operador y alcanzar aviones a 4.000 metros de altura (13.000 pies).
A raíz del atentado en la península del Sinaí el pasado 31 de octubre contra el Airbus ruso que costó la vida a 224 personas, las compañías aéreas dieron instrucciones a los pilotos de que sobrevuelen las zonas de conflicto por encima de los 31.000 pies para mantenerse fuera del alcance de misiles antiaéreos. No obstante, la fase más crítica del vuelo se produce durante las maniobras de aterrizaje y despegue hasta ascender al techo de crucero.
Los servicios de inteligencia occidentales buscan los entre 3.000 y 8.000 misiles de corto alcance en manos de los yihadistas
Desde la caída del régimen de Gadafi en 2011 los diferentes clanes libios y organizaciones yihadistas capturaron entre 3.000 y 8.000 misiles de corto alcance del arsenal libio. En noviembre de ese año, Estados Unidos creó un grupo de trabajo específico sobre los misiles de corto alcance (SATCP, por sus siglas en inglés), apoyado por la CIA y la inteligencia militar estadounidense (DIA). Asimismo, se organizó un Comité de Estados Mayores Operacionales Conjuntos (CEMOC) formado por los Ejércitos de Argelia, Malí, Mauritania y Níger, cuyo cuartel general se encuentra en Tamanrasset (sur de Argelia). Los esfuerzos de todas las organizaciones confluyen en un solo objetivo: recuperar los miles de misiles.
En los años 80 del pasado siglo se produjo una alerta mundial similar, a raíz de que decenas de misiles “Stinger” fueron sido entregados por la CIA a la resistencia afgana (mujaidines) que luchaba contra el Ejército soviético. Parte de esos misiles cayeron en manos de los talibanes y de Al Qaeda.