Uno de los capítulos más secretos del apoyo que las agencias de inteligencia de Estados Unidos prestan a los grupos yihadistas que tratan de derribar al régimen de Bashar al-Asad ha salido a la luz a raíz de la muerte de tres miembros de las fuerzas especiales norteamericanas en un ataque de los cazas rusos contra el Frente Al-Nusra, la rama siria de Al Qaeda.Durante los ataques aéreos de la aviación rusa a centros de mando del Frente Al-Nusra en las localidades de Al-Latamneh, Jisr al-Shoghour, Ma’aret al-Nou’man y Kafar Zita, en provincia de Hama, llevados a cabo en la primera semana de octubre, murieron 134 terroristas, según la prensa siria.
La sorpresa saltó cuando al identificar los cuerpos de los terroristas abatidos, el servicio de inteligencia del Ejército sirio descubrió en los uniformes de tres fallecidos un escudo o “parche” (según la terminología militar) muy similar al utilizado por el Estado Islámico.
Los servicios de Inteligencia de Rusia y Siria descubrieron que los fallecidos eran militares por las llamadas de sus móviles a bases norteamericanas en Jordania, Bahrein y Estados Unidos
En la fotografía el escudo de la izquierda es el que suelen utilizar las fuerzas especiales norteamericanas que operan clandestinamente en Siria. Esta circunstancia llevó a la inteligencia siria a investigar la documentación personal que portaban los cadáveres y sus teléfonos satélite.
Descubrió entonces que tanto las identidades como la documentación eran falsas, pero lo que confirmó que los fallecidos eran estadounidenses fueron las llamadas efectuadas desde los móviles a bases norteamericanas en Jordania, Bahrein y Estados Unidos.
Cadáveres trasladados a Moscú
Los cadáveres de los tres presuntos militares fueron entregados por la inteligencia siria a sus homólogos rusos que los trasladaron a Moscú para las autopsias y obtener más datos a través de programas de reconocimiento facial.
Las autoridades militares rusas habían transmitidos a sus colegas norteamericanos al comienzo de la campaña aérea, en las reuniones de coordinación para evitar incidentes entre aviones rusos y estadounidenses, la posibilidad de que en los bombardeos resultasen muertos miembros de las fuerzas especiales de Estados Unidos.
Los servicios de inteligencia rusos, sirios e iraníes disponen de abundante información sobre el apoyo de la CIA y el MI6 británico, entre otros servicios de inteligencia occidentales, así como de sus
fuerzas de operaciones especiales, a la rama de Al Qaeda en Siria y a otros grupos yihadistas encuadrados en el Estado Islámico.
Con el aviso Moscú se cubría las espaldas ante una situación que se ha tornado real con los primeros bombardeos. Pero Washington no ha reconocido la presencia clandestina de sus fuerzas especiales en Siria, Estado al que no ha declarado la guerra.
La CIA presta apoyo al Frente Al-Nusra, la rama de Al Qaeda en Siria, desde agosto de 2014
La CIA presta apoyo al Frente Al-Nusra, entre otros grupos, desde agosto de 2014. Paradójicamente, Al Qaeda fue la organización terrorista dirigida entonces por Osama bin Laden a la que Estados Unidos culpó de llevar a cabo los atentados del 11-S que dieron origen a la guerra de Afganistán.
Se negocia la repatriación
En las redes sociales rusas y norteamericanas se afirma que, una vez confirmada la identidad de los tres militares por Moscú, la Casa Blanca se ha negado a ordenar la repatriación de los cadáveres. Supondría reconocer que las agencias de inteligencia de Estados Unidos apoyan a los yihadistas en Siria.
Las redes especulan que militares rusos y norteamericanos negocian en secreto las condiciones de entrega de los cadáveres y la “historia ficticia” que el Pentágono fabricará para comunicar a sus familiares las causas de sus muertes.
Se asegura que cuando miembros de las fuerzas especiales mueren en misiones secretas y el descubrimiento de las mismas pone en riesgo la seguridad de Estados Unidos, el mando militar comunica a los familiares que sus seres queridos han fallecido durante unas maniobras o en un accidente.