Insisten los globalistas en que para "salvar" el planeta, es necesario cerrar las granjas en todo el mundo, ya que ahora se nos dice que producir alimentos es malo para el planeta.
Trece naciones han firmado un compromiso para diseñar la hambruna global mediante la destrucción de la producción agrícola y el cierre de granjas, bajo el pretexto de reducir las "emisiones de metano". Anunciado a principios de este año por el Global Methane Hub, una camarilla de ingenieros de crisis que explotan el pánico público para destruir el suministro mundial de alimentos. Las trece naciones involucradas en este compromiso son: Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Burkina Faso, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Panamá, Perú, República Checa y Uruguay.
El objetivo de los globalistas es eliminar la producción de carne en Australia, Brasil y Estados Unidos. Admiten que esto forma parte del fraude climático, el cual ha sido expuesto como un engaño científico. Luis Planas, Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, se complace al ver el compromiso compartido de la comunidad internacional para reducir las emisiones de metano en la agricultura, como se acordó en el Acuerdo de París sobre el clima.
Según Marcelo Mena, CEO del Global Methane Hub, el 60% de las emisiones de metano son responsabilidad de los sistemas alimentarios. Él afirma que la agricultura está causando daños al planeta, por lo tanto, demanda el cierre de granjas. Si no hay granjas, no habrá comida disponible. Y si no hay comida, se obtendrá lo que Kamala Harris solicitó durante el fin de semana: "Población reducida".
Ya no es un secreto la agenda de despoblación. Se jactan abiertamente de ello. Su lógica es la siguiente: el calentamiento global está relacionado con la comida. Por lo tanto, están atacando y cerrando la producción de alimentos. Las vacas y los pollos serán sustituidos por grillos y larvas de insectos. Podrás disfrutar de hamburguesas crujientes hechas de carne falsa y McNuggets de grillo. Pronto, te verás obligado a consumir insectos debido a que la carne será extremadamente cara, ya que los gobiernos cerrarán granjas y ranchos. Como señala el periodista Leo Hohmann:
Entre las prácticas que se están considerando, se puede suponer a partir de este lenguaje que se encuentra la sustitución de una parte importante de las existencias de ganado vacuno y lechero, cerdo y pollo, de los cuales dependen las poblaciones para obtener proteínas, por larvas de insectos, gusanos de harina, grillos, etc. Durante años, la ONU, el Foro Económico Mundial y otras ONG han estado promoviendo dietas sin carne y el consumo de proteínas de insectos. Además, los multimillonarios han invertido en fábricas masivas de insectos que actualmente se están construyendo en el estado de Illinois, Canadá y los Países Bajos. En estas fábricas se procesarán gusanos de harina, grillos y otros insectos como aditivos para ser incorporados al suministro de alimentos. Sin embargo, a menudo estos productos no cuentan con etiquetas claras que informen a las personas sobre su composición exacta.
En relación al pronóstico de Deagel que estima una disminución del 70 por ciento en la población de los Estados Unidos para 2025, Hohmann comenta que no hay forma más efectiva de reducir la población que a través de la guerra, el hambre y las plagas. Resulta curioso que estos tres métodos históricamente probados de asesinato estén presentes en este momento.