Anwar R, de 58 años, fue acusado de complicidad en la tortura de miles de personas entre 2011 y 2012 en el penal de Al-Khatib (Rama 251) de la Inteligencia General Siria en Damasco.
Ha sido condenado por crímenes contra la humanidad por la comisión de asesinatos, torturas, privaciones graves de libertad, violaciones, agresiones sexuales y toma de rehenes.
"Un avance histórico"
"Se trata de un avance histórico en la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación de las graves violaciones de derechos humanos perpetradas en Siria durante más de una década", declaró Michelle Bachelet.
"Este es un claro ejemplo de cómo los tribunales nacionales pueden y deben subsanar las deficiencias en la rendición de cuentas por este tipo de delitos”, añadió la Alta Comisionada que espera que la sentencia sirva como un “poderoso elemento disuasorio y ayude a prevenir futuras atrocidades".
Justicia para las víctimas
El presidente de la comisión independiente que investiga los crímenes en Siria cree que el veredicto representa un progreso muy necesario para lograr la justicia para las víctimas, a pesar de que las vías para la rendición de cuentas “siguen estando restringidas en Siria y en el Consejo de Seguridad de la ONU".
Siria no es parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), y el Consejo de Seguridad no ha remitido la situación al fiscal de la CPI en repetidas ocasiones.