El responsable federal de Empleo de Izquierda Unida, José Antonio García Rubio, valora a raíz de los datos del paro del pasado mes de junio conocidos hoy que las distintas medidas tomadas para paliar los efectos del Covid-19 en el mercado de trabajo “siguen dando sus frutos”, como es el caso de los ERTE “que han continuado limitando el crecimiento del paro como consecuencia de la pandemia”.
Tras un primer análisis de las cifras facilitadas por los servicios públicos de empleo, García Rubio señala que “aunque aumentan por primera vez en junio desde 2008 las personas sin empleo, entonces debido a la crisis sistémica agudizada ese año, las 5.107 nuevas personas desempleadas son menos que las registradas un mes antes y mejoran sustancialmente las que hubo en los meses iniciales de la pandemia (302.265 parados más en marzo y 282.891 en abril)”.
El dirigente federal de IU apunta también que “resulta significativo que el único sector donde el paro aumenta es el de la agricultura, debido principalmente a la conclusión de la campaña de la recogida de la fruta en diversas comunidades autónomas, que también se ha visto afectada por las circunstancias excepcionales por las que atravesamos”.
García Rubio incide en que “aun teniendo en cuenta las condiciones existentes, el contenido aumento del desempleo en junio parece señalar, junto a otros indicadores como el índice de actividad de las empresas manufactureras, que se ha llegado al tope en la caída prevista del Producto Interior Bruto (PIB) como consecuencia de la crisis económica debida a la pandemia. Los datos apuntan también a que la recesión puede ser menos duradera de lo previsto”.
No obstante, advierte también de que “en ningún momento se puede olvidar que a finales de mayo casi seis millones de personas, que no contabilizaban como desempleados, estaban con prestaciones derivadas de un ERTE, con un gasto de más de 3.300 millones de euros en ese mes. La buena noticia es que en junio más de 1,1 millón de trabajadores y trabajadoras salieron de esas circunstancias”.
José Antonio García Rubio constata que “las cifras de la afiliación a la Seguridad Social son más ambiguas. Mientras la afiliación media en junio aumentó en más de 68.000 cotizantes, siendo el segundo mes de pandemia en el que sube este dato positivo, si se contabilizan los cotizantes el último día del mes resulta que se pierden casi 100.000 cotizantes. Esta es una muestra más de la alta precariedad que sufre la contratación en nuestro país”.