Salvaje brutalidad policial, suma y sigue: Gijón y Guecho
domingo 24 de enero de 2021, 08:00h
Licencia para matar. Con la plandemia se creen los putos reyes del mambo. Pero, en muchos casos, ha sucedido más bien lo contrario. Mucha gente ha abierto definitivamente los ojos. Macarras, chulos, insensatos y ultraviolentos a más no poder: eso son, grosso modo, los maderos. Nacionales o regionales o locales. Civiles o "militares". Analfabeta chusma, paniaguados del funcionarial y funcionarial pesebre extraído de nuestro expolio fiscal.
Serviles y sanguinarios perrazos de sus putos amos. ¿Mandriles? ¿Gorilas? ¿Orangutanes? Ya quisieran poseer la nobleza de dichos primates.
¿Queda algún juez justo que les enchirone?
¡Y todo el salvajismo, en la localidad asturiana, por ir sin bozal! ¡Peligrosos delincuentes los que jamás hemos llevado ni llevaremos un puto trapo en la boca! Ningún Poder – nunca, jamás - me obligará a realizar algo que estime injusto.
¿Y en el precioso pueblo vizcaíno? ¿Cuál fue el terrorífico delito de ocho chavales? Estar sentados en un banco. Lo que vino después, brutalísimo abuso de autoridad. Golpeando "por la puta cara, hijos de puta". Y si queda algún juez decente - lo dudo - podría hacer algo. Una larga temporadita tras los barrotes. Varios años. Qué menos…
Todos tenemos sed, no solo ellos…
…Cada vez tienen más y más sed de sangre estos psicópatas uniformados. Esencialmente porque han comprobado que el pastueño populacho es un océano de pánico. Pero también ellos saben sobradamente que, incluso así, la calle está repleta de gente también sedienta como ellos, pero sin uniforme. Esa es nuestra única baza. Y si no fuera por esta sed callejera, nos habrían matado ya a todos. No hay que tenerles miedo, son nuestros enemigos (míos, desde luego). Ellos se crecen y se nutren con el paralizante miedo de sus futuras víctimas.
No lo consientas. Está en juego tu supervivencia. Y recuerda a Ramiro de Maeztu. Ser es defenderse. En justa y (muy) desigual lid, debo defenderme.
Pues lo dicho, ser es defenderse.
En fin.