Nicole Schwab, hija del cofundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, está colaborando extensamente con los fiscales en un caso de crímenes contra la humanidad que involucra a figuras clave de la élite global. Esta situación ha generado temor en el WEF, la ONU y la OMS, quienes temen que su inmunidad diplomática esté a punto de ser revocada y se emitan órdenes de arresto.
En los círculos más cercanos a estos poderosos actores, la inquietud es palpable. Investigaciones que antes parecían imposibles están en marcha. Los fiscales están al acecho. La ilusión de inmunidad se está desmoronando, y rumores dentro de la Corte Penal Internacional sugieren que estamos al borde de un Nuremberg 2.0: nombres reales, juicios reales y consecuencias tangibles.
Un giro inesperado
La élite global ha convertido los últimos cinco años en un verdadero desafío para la humanidad; sin embargo, hemos mantenido nuestra dignidad y expuesto sus engaños uno tras otro. Nuestros abusadores han sido acorralados y ahora se ven obligados a admitir los crímenes cometidos. Ellos desean que perdonemos y olvidemos.
No obstante, nosotros, el pueblo, no permitiremos que eso suceda. Esto no solo se trata de justicia; es una cuestión de rendición de cuentas, y esa realidad está más cerca de lo que ellos piensan.
Desmoronamiento del sistema
Klaus Schwab sorprendió al establecimiento globalista esta semana con el anuncio repentino de su renuncia inmediata del WEF, el imperio que construyó durante más de cinco décadas. Sin embargo, al día siguiente surgieron rumores que rápidamente se convirtieron en titulares: Schwab está oficialmente bajo investigación.
Las acusaciones son graves e incluyen fallas en la gobernanza y mala conducta financiera. Se ha informado sobre fondos del WEF desviados hacia lujos como masajes y tratamientos de spa para los miembros privilegiados. Mientras tanto, Schwab viajaba por el mundo en jets privados, disfrutando de champán en Davos mientras predicaba sobre la reducción de nuestra huella de carbono.
Colaboración inesperada
A medida que las revelaciones emergen, queda claro que este proceso no se limita al uso indebido de fondos o acuerdos dudosos en salas de juntas; es solo la punta del iceberg. Este iceberg oscuro se remonta a los orígenes del WEF y su agenda globalista para reducir la población mundial mediante inyecciones forzadas y décadas de contaminación en nuestros alimentos, agua y aire.
Nicolás Schwab ha comenzado a revelar información escalofriante detrás de puertas cerradas: un plan metódico respaldado por datos concretos almacenados en servidores secretos del WEF.
El legado familiar
Otro nombre importante en esta narrativa es Pascal Najadi. Su padre, Hussein Najadi, cofundó el WEF junto a Klaus Schwab en 1971 pero abandonó la organización diez años después por considerarla distópica y criminal.
Ahora Pascal ha tomado el relevo entregando documentos cruciales: memorandos internos, correos electrónicos y registros que podrían resultar devastadores para el WEF y sus aliados internacionales.
Cierre del ciclo
A medida que Nicole Schwab colabora con las autoridades y Pascal Najadi profundiza en las investigaciones, la situación se vuelve cada vez más complicada para aquellos involucrados en estas tramas globales. Lo que inicialmente fue presentado como un "Gran Reinicio" por parte de estas instituciones ahora revela una agenda mucho más oscura: un intento sistemático por eliminar a miles de millones.
A través de censura y coerción durante la pandemia, nos negamos a ceder ante estos poderes autoritarios. Ahora vemos cómo esas estructuras comienzan a desmoronarse mientras las verdades ocultas salen a la luz.
A medida que avanzamos hacia un futuro incierto pero lleno de esperanza por justicia verdadera, es esencial continuar compartiendo esta información vital con el mundo.