En un extenso comunicado, La Zarzuela informó de que el rey Felipe VI desconoce por completo los hechos publicados que le sitúan como beneficiario de una fundación que podría haber ingresado 65 millones de euros de Arabia Saudí a su padre.
Desveló que el Rey "quiere que sea conocido públicamente" que su padre tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona.
Recuerda, asimismo, que el Rey en su discurso de proclamación ante las Cortes Generales el 19 de junio de 2014 dijo lo siguiente: “La Corona debe (…) velar por la dignidad de la Institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social. Porque, sólo de esa manera, se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones. Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren –y la ejemplaridad presida– nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos".
SIN SU CONSENTIMIENTO
El comunicado explica que, además de desconocer su vinculación con la Fundación Zagatka, don Felipe tampoco estaba al tanto de lo que era la Fundación Lucum. En este sentido, el Monarca indica que el 5 de marzo de 2019 tuvo conocimiento, "sin ninguna justificación documental", de su supuesta designación como beneficiario de la Fundación Lucum cuando muriera su padre.
Lo que hizo entonces don Felipe fue trasladar copia de dicha carta al rey Juan Carlos, así como a las autoridades competentes y al despacho de abogados que se puso en contacto con él, para comunicarle que no "tenía conocimiento, participación o responsabilidad alguna en los presuntos hechos que mencionaba, por lo que carecía de toda justificación lícita su involucración en los mismos, ni designaría representante legal para iniciar negociación alguna".
También compareció Felipe VI ante un notario, el 12 de abril de 2019, para manifestar que "ha dirigido una carta a su padre, el Rey don Juan Carlos, a fin de que si fuera cierta su designación o la de la Princesa de Asturias como beneficiarios de la citada Fundación Lucum dejara sin efecto tal designación, manifestando igualmente que no aceptaría participación o beneficio alguno en esa entidad, renunciando asimismo a cualquier derecho, expectativa o interés que, aún sin su consentimiento o conocimiento, pudiera corresponderles ahora o en el futuro en relación con la Fundación Lucum".
Asimismo, y en el mismo acto notarial, manifestó no haber tenido conocimiento ni prestado consentimiento a participar, en nombre propio o en representación de terceros, en particular de su hija, en ningún activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad pudieran no estar en plena y estricta consonancia con la legalidad o con los criterios de transparencia, integridad y ejemplaridad que informan su actividad institucional y privada.
En la hipótesis de que, aun sin su consentimiento ni conocimiento, hubiera sido unilateralmente designado como heredero, legatario o beneficiario en relación con cualesquiera activos inversiones o estructuras, manifestó no aceptar participación o beneficio alguno en dichos activos y renunciar a cualquier derecho, expectativa o interésque pudiera corresponderles en el futuro.
Por último, concluye el comunicado que don Juan Carlos nunca informó a su hijo de que era beneficiario y que ha designado para su representación al abogado Javier Sánchez-Junco Mans. Recuerda que Juan Carlos I no tienen ninguna actividad institucional u oficial desde el pasado 27 de mayo.