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Endeudamiento, pérdidas y modelo de negocio obsoleto lastran El Corte Inglés

domingo 31 de enero de 2016, 23:45h

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El modelo de negocio global sin especialización de El Corte Inglés ha quedado obsoleto ante los nuevos hábitos de los consumidores y lastra a los grandes almacenes hispano-qataríes que soportan una deuda de 5.000 millones de euros. Hipercor con unas pérdidas del 53% en el periodo 2008-2014 y el Corte con un mínimo incremento del 1,1% en 2015, han obligado a la venta del patrimonio inmobiliario para afrontar la difícil situación.

Parece que en El Corte Inglés se ha desatado una tormenta perfecta, donde todo son problemas que el público que acude a los mayores almacenes de España no detecta, aunque lo intuye. Hace años, tener uno de estos almacenes cerca del domicilio era un privilegio. Ahora, con cientos de tiendas de moda y franquicias, no es necesario acudir a la marca del triángulo verde fundada por Ramón Areces en 1940, porque la oferta en calles céntricas y en centros comerciales es más que suficiente. Además, siempre se ha pagado un sobreprecio en sus artículos justificado por la comodidad del reintegro del dinero en caso de devolución, la facilidad de pagar con la tarjeta de El Corte Inglés y un personal amable.


La sangría económica viene de lejos. Y donde más se ha acusado es en la cadena Hipercor, cuyo negocio dejó de ser rentable antes de la crisis de 2008. El público detectó que sus precios eran un veinte por ciento más caros que los que se podían adquirir en cualquier gran superficie de alimentación o supermercado.



El Corte Inglés busca a través de empresarios mexicanos como Carlos Slim otras alternativas al leonino préstamo de Qatar

Y los responsables, como Florencio Lasaga, siguieron su política expansionista, inaugurando nuevos centros sabiendo que eran una ruina. Quizá existían intereses ocultos en dichas inversiones millonarias y era difícil parar los compromisos y comisiones que se iban quedando por el camino.

En vida de Isidoro Álvarez la asfixia económica le obligó a ceder al Banco de Santander el 51% de la financiera del grupo -colocando al frente a la misma a Magdalena Salarich- que comprendía la gestión de las tarjetas, pagarés de los empleados y ventas a plazos. Se trata de una cartera de más de 4.000 millones de euros en pagarés de empleados, con unos intereses superiores al 4%.

Qatar y el Estado Islámico

La entrada del capital Qatarí, monarquía del Golfo Pérsico cuyos jeques financian al terrorista Estado Islámico, como la prensa mundial ha comenzado a desvelar en el último año a raíz de las sangrientas guerras de Siria y Irak, con 1.000 millones de euros no fue la compra del 10 por ciento de la empresa, sino un leonino préstamo que terminará por costarle un 7 por ciento a El Corte Inglés, y que además obligó al presidente Dimas Gimeno a modificar los estatutos sociales para que el jeque Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani tuviera su sillón en el Consejo de Administración.



Como publicó mil21.es y otros medios como hispanidad.com, aquella oscura operación sembró las dudas sobre el receptor final de una sustanciosa comisión de 17 millones de euros pagada en el paraíso fiscal de Singapur.

Ante las dificultades y recelos que ha suscitado la entrada del dinero qatarí en los grandes almacenes hasta ese momento (verano de 2015) cien por cien españoles, Florentino Lasaga trata de buscar capital en México para contrarrestar la presencia de los jeques árabes y la dependencia del Banco Santander.

Cerveza Coronita

Lasaga corteja al amigo rico de Felipe González, el multimillonario Carlos Slim, una de las mayores fortunas del mundo, que sólo entraría en el accionariado en unas condiciones de privilegio que por ahora son inasumibles para El Corte Inglés. Porque donde invierte Carlos Slim, manda Carlos Slim.

Por eso, en una operación paralela, trata de involucrar al mejicano Carlos Fernández González, dueño de la mundialmente conocida cerveza Coronita, y consejero del Santander en dicho país, que, de paso, serviría para arrinconar a accionistas molestos, como los propios Areces y las hermanas Álvarez Guil.



En este momento El Corte Inglés, que sufre una guerra civil entre consejeros y accionistas, tiene el problema añadido de que sus más de 90.000 empleados están desmotivados por los rumores constantes de reducciones de personal.

Guerra de accionistas en los juzgados

A este clima enrarecido se unen las demandas que se tramitan en los juzgados por la expulsión de Carlota Areces del Consejo de Administración al oponerse, como publicó mil21.es, a la irregular entrada del prestamista Qatar y las comisiones fuera de mercado y cuanto menos oscuras de dicho préstamo.

El próximo 11 de febrero también se verá, en otro juzgado, la denuncia de Óscar Areces, importante accionista de El Corte Inglés, que acusa a la compañía de haber sido espiado y sus teléfonos móviles intervenidos.

Los patronos de El Corte Inglés piensan que la judicialización de la guerra civil no llegará a nada, ya que durante años el Jefe de Seguridad, Juan Carlos Fernández-Cernuda, ha realizado fichajes millonarios a miembros de la carrera judicial que se pasaban al sector privado, como el ex-fiscal de la Audiencia Nacional Juan Moral de la Rosa, que no gozaba de las bendiciones del Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza por oscuros motivos, según revela elconfidencial.com.

En la nómina de El Corte Inglés se encuentran ex-jueces como Ismael Moreno, que lo fue de la Audiencia Nacional y José Luis González Armengol, juez decano de Madrid durante 10 años.



Fernández-Cernuda presume de ser amigo personal de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y de tener influencia suficiente en el aparato judicial y policial, por lo que no teme que las denuncias lleguen a ser condenatorias.


Los servicios secretos siguen con preocupación la guerra civil en El Corte Inglés: instalado en el imaginario español, su estabilidad crea confianza social

El préstamo de Qatar, la guerra civil entre accionistas, el espionaje a miembros del Consejo de Administración críticos con la gestión, los fichajes a jueces, las presiones… son seguidos con preocupación por el servicio secreto, por un doble motivo, según supo mil21.es en medios cercanos a la inteligencia española.

De una parte, El Corte Inglés es adjudicatario de contratos confidenciales del Ministerio de Defensa y otros organismos del Estado en las áreas de informática y electrónica, claves en el campo de la ciberseguridad que afecta a la Defensa Nacional.

ECI en el imaginario español

De otra, después de 75 años la marca del triángulo verde forma parte del imaginario español y su estabilidad transmite, a su vez, confianza social. Una confianza en mayor medida que el resto de las grandes empresas españolas que carecen de un contacto tan directo y cotidiano con millones de españoles como El Corte Inglés a través de su red de establecimientos repartidos por toda la geografía.

La actualización del modelo de negocio, la reestructuración de la deuda, el redimensionamiento del patrimonio inmobiliario, un equipo gestor eficiente y la incorporación de accionistas netamente españoles, son las tareas que debería acometer El Corte Inglés de forma urgente, subrayan las citadas fuentes.

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