OPINIÓN

Multilateralidad (III): Superación de religiones e ideologías

Carlos González | Martes 08 de septiembre de 2020
En el mismo momento que adoptamos una visión multilateral de la convivencia humana nos encontramos con la visión de las demás personas que, junto a nosotros y con total buena fe, pretenden resolver los conflictos permanentes de nuestra relación con el entorno.

En ese preciso instante comprobamos que cualquier religión o ideología de cualquiera de las personas o grupos que participan en esa negociación de las reglas sociales, ya no sirve para resolvernos a todos los arduos problemas de la reglas de convivencia. En principio todos se sentirán tentados a intentar aplicar los dogmas de la suya. Después descubrirán que tanto la que les es propia como la de los demás tienen algo de bueno y algo de malo. Al final aceptan todos que esos principios son liderazgos del pasado que puede que fueran muy válidos en aquellos tiempos y circunstancias, pero hoy ya no son más que un problema si queremos ampliar la convivencia.

Entrar de lleno en la Multilateralidad nos sitúa ante el dilema de que intentar volver a las viejas creencias solo lleva a un enfrentamiento de los distintos grupos por defender sus respectivas formas de pensar. Además con el problema añadido que incluso dentro de cada religión o ideología pueden convivir múltiples tendencias que no están del todo de acuerdo en la aplicación más laxa o más estricta de unos u otros dogmas o preceptos. Siempre habrá los más ortodoxos y los más liberales en la aplicación de sus rígidas y antiguas creencias.

Unos dirán que también podemos resolver el problema cogiendo lo mejor de todas esas religiones e ideologías y aplicarlas para todos. Esto ni se ha hecho, ni ha triunfado nunca en el pasado. Lo que ha sucedido es que un grupo aplastó al otro e impuso sus creencias, o en la práctica –esto ha sucedido en más ocasiones- una nueva forma de pensar vino a sustituir a todas las anteriores, las cuales quedaron obsoletas. Desaparecida su enseñanza y adoctrinamiento, en pocos años ya nadie habló de ellas ni intentó poner en práctica rito alguno de las extinguidas.

Ahora que ya sabemos que esto es así, y de acuerdo a nuestra psicología no nos queda más remedio que aplicarlo con esas circunstancias, lo que debemos hacer es escuchar a los intelectuales más expertos, a los científicos más preparados, y sin dejar de aplicar nuestros propios ojos para comprobar el efecto que van produciendo y donde se ocasionan más errores, pactar y aplicar unas leyes basadas en la Psico-Biología humana que nos sirvan a todos para alcanzar una convivencia en todo el planeta como lo que somos, como una única especie que está obligada a satisfacer las mismas necesidades básicas: Sentirse seguro, Comida y bebida, Resolver el problema de los afectos, regular la reproducción, y el que dispone de las anteriores cubiertas, Intentar el reconocimiento social vía deporte, o la literatura, el cine, Etc.

Si queremos buscar y encontrar unas reglas que sean útiles para todos no nos queda más remedio que decirle adiós a nuestras religiones e ideologías. No despreciarlas en absoluto. Que un grupo de expertos redacten los máximos textos posibles y se guarden en bibliotecas y museos todos los conocimientos que esas respectivas formas de creer y de enjuiciar la realidad circundante aplicó cada pueblo, cada cultura o cada civilización para que dispongamos de los mejores textos que recojan lo que de verdad representaban para que puedan ser estudiadas en el futuro por todo aquel intelectual que lo desee.

Ahora, y para nuestro futuro, el de todos, lo que debemos hacer es aplicar la Multilateralidad sin ningún género de duda. Reunirnos a nivel planetario, dar voz y voto a todos los estados constituidos y reconocidos. Que se expliquen hasta la extenuación sus representantes más formados y posteriormente adopten una serie de Leyes-Acuerdo que nos incumban a todos. Y que nos protejan a todos porque al aplicarlas sabremos que estamos obrando correctamente. Al que no las cumpla se le apliquen las sanciones pactadas y todo ello superando todas y cada una de las viejas creencias, religiones, ideologías o costumbres de grupos o culturas concretos, para que todos pasemos a formar parte de una única cultura, la de la Especie Humana habitando el planeta tierra y resolviendo sus inevitables conflictos de la vida de la forma más racional posible.

Las religiones e ideologías grupales nos han resuelto muchos problemas del pasado, pero ya no pueden resolvernos los del futuro de todos en paz y convivencia equilibrada.

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, y de reciente aparición El Sistema, de editorial Elisa.

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