El presidente Trump ha ordenado una revisión del calendario de vacunación infantil en EE. UU., que actualmente recomienda más dosis que otros países desarrollados. Esta revisión, impulsada por preocupaciones sobre la seguridad a largo plazo y la exposición a adyuvantes de aluminio en bebés, se llevará a cabo por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). La decisión sigue a la eliminación de la recomendación universal para la vacuna contra la hepatitis B en recién nacidos. Los críticos argumentan que el extenso calendario de vacunas carece de pruebas rigurosas sobre sus efectos acumulativos. Esta medida podría marcar un cambio significativo en las políticas de salud pública en EE. UU., buscando alinearse con estándares internacionales más restrictivos.
En una decisión que podría transformar el panorama de la salud pública, el presidente Donald Trump ha ordenado una revisión exhaustiva del calendario de vacunación infantil en Estados Unidos. Esta medida surge en un contexto donde se cuestiona por qué los niños estadounidenses deben recibir vacunas para 18 enfermedades, mientras que otros países desarrollados optan por un número significativamente menor de dosis.
La directiva, emitida el pasado viernes, instruye al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a comparar las prácticas estadounidenses con las de naciones como Dinamarca, Japón y Alemania. El objetivo es adoptar políticas extranjeras consideradas más científicamente fundamentadas. Este cambio radical se produce pocas horas después de que un panel asesor clave del CDC votara para poner fin a la recomendación universal de administrar la vacuna contra la hepatitis B a todos los recién nacidos en su primer día de vida.
El memorando presidencial destaca que Estados Unidos se presenta como un caso atípico en comparación con otros países, afirmando: “En enero de 2025, Estados Unidos recomendó vacunar a todos los niños contra 18 enfermedades… convirtiendo a nuestro país en un alto outlier en el número de vacunaciones recomendadas”. La revisión será liderada por Robert F. Kennedy Jr., secretario del HHS y crítico del extenso calendario de vacunación, junto con Mandy Cohen, directora del CDC. Esta acción indica una disposición significativa para cuestionar el enfoque uniforme que ha caracterizado la atención pediátrica estadounidense durante generaciones.
Este cambio de política no se ha producido sin controversia. Médicos y defensores han expresado preocupaciones sobre si el extenso calendario ha sido sometido a pruebas rigurosas respecto a su seguridad acumulativa. Aaron Siri, abogado que recientemente habló ante el comité asesor del CDC, argumentó que el escudo de responsabilidad otorgado a los fabricantes de vacunas en 1986 eliminó el incentivo económico para realizar estudios sólidos sobre seguridad a largo plazo. “Cuando se trata de vacunas infantiles rutinarias… no tienen esas mismas preocupaciones”, afirmó Siri, señalando que el número de dosis ha aumentado drásticamente desde entonces.
Uno de los puntos críticos discutidos es la exposición al adyuvante aluminio en infantes. Este compuesto se utiliza en las vacunas para provocar una respuesta inmune; sin embargo, su perfil de seguridad en los cuerpos en desarrollo es objeto de intenso debate. La doctora Evelyn Griffin, obstetra-ginecóloga asesora del CDC, reconoció que los mecanismos del adyuvante aluminio “no están completamente comprendidos” y que solo un pequeño estudio ha examinado su presencia en la sangre de infantes tras la vacunación. Ella concluyó que la acumulación de aluminio es “una preocupación justificada”, lo cual representa una admisión significativa dentro del marco asesor.
La ahora rescindida obligación de vacunar contra la hepatitis B ejemplifica las inquietudes que impulsan esta revisión. Durante años, médicos como Paul Thomas han sostenido que esta vacuna no es adecuada para la mayoría de los recién nacidos. “La hepatitis B es una enfermedad transmitida sexualmente o adquirida mediante el uso intravenoso; los recién nacidos no corren ningún riesgo relacionado con estos comportamientos”, observó Thomas. Además, la lista propia del CDC muestra que la vacuna contiene aluminio y formaldehído, este último conocido como carcinógeno.
La revisión solicitada por Trump busca alinear las políticas estadounidenses con un estándar global más moderado. El presidente calificó el calendario estadounidense, que exige 72 "inyecciones", como “ridículo” y afirmó que “muchos padres y científicos han estado cuestionando la eficacia de este ‘calendario’”. Su directiva para acelerar la evaluación coloca sobre las agencias sanitarias la responsabilidad de demostrar que sus recomendaciones son el “estándar dorado” tanto desde una perspectiva científica como lógica.
Este momento representa un posible punto de inflexión en el discurso público sobre vacunación. La discusión pasa ahora desde foros marginales hasta los niveles más altos del gobierno, exigiendo rendición de cuentas por un calendario que ha crecido sin vigilancia rigurosa sobre su seguridad a largo plazo. Como indicó Høeg, las agencias estadounidenses deben ofrecer recomendaciones basadas en datos y no en política.
La pregunta fundamental ahora es si un sistema basado en mandatos y un calendario denso cederá ante un modelo que priorice evaluaciones individuales del riesgo y una ciencia robusta sobre seguridad. Para innumerables padres que han sentido presión e ignorancia respecto a sus preocupaciones, esta revisión representa una validación largamente esperada.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 18 | Número de enfermedades para las que se recomienda la vacunación en EE. UU. |
| 72 | Dosis de vacunas recomendadas para niños en EE. UU. |
| 11 | Dosis de vacunas recomendadas para niños en Dinamarca. |
| 5.9 mg | Exposición a adyuvantes de aluminio en niños estadounidenses hasta los 2 años. |
| 1.4 mg | Exposición a adyuvantes de aluminio en niños daneses hasta los 2 años. |