Nvidia ha perdido $300 mil millones en valor debido a una drástica caída de sus acciones, impulsada por la competencia de Google en el mercado de chips de inteligencia artificial. La nueva línea de chips AI de Google, junto con su modelo Gemini, ha comenzado a desafiar la dominancia de Nvidia, lo que ha generado preocupaciones sobre una posible burbuja en el mercado de IA. Nvidia respondió defendiendo su tecnología en redes sociales, afirmando que sigue siendo líder en el sector. Este cambio en la dinámica del mercado subraya la creciente rivalidad entre las empresas tecnológicas y plantea preguntas sobre la sostenibilidad del crecimiento en el sector de IA.
Nvidia ha experimentado una pérdida de 300 mil millones de dólares en su valor durante una notable caída de sus acciones. Este desplome fue provocado por la aparición de Google como un competidor serio en el ámbito de los chips para inteligencia artificial (IA). El nuevo modelo Gemini de IA de Google, impulsado por sus propios chips, representa un desafío directo a la dominancia de Nvidia en este sector. En respuesta a esta situación, Nvidia emitió una inusual defensa pública de su tecnología a través de las redes sociales, lo que ha intensificado los temores sobre una posible burbuja en el mercado de IA y la volatilidad generalizada.
La reciente agitación en el mundo tecnológico se debe a un informe que indica que Alphabet, la empresa matriz de Google, está firmando contratos con clientes para sus chips especializados en IA, conocidos como Unidades de Procesamiento Tensorial (TPUs). Esta noticia provocó reacciones inmediatas en el mercado, haciendo que las acciones de empresas vinculadas a Nvidia, como Oracle y Super Micro Computer, cayeran simultáneamente. En contraste, las acciones de Alphabet alcanzaron brevemente un récord histórico, lo que sugiere que los inversores creen que la compañía podría capturar una parte significativa del mercado actualmente dominado por Nvidia.
La emoción alrededor de las capacidades de Alphabet se vio amplificada por el reciente lanzamiento de su chatbot Gemini 3. Este nuevo modelo, alimentado por los TPUs desarrollados por Google, es considerado por algunos analistas como superior al ChatGPT de OpenAI, que depende del hardware de Nvidia. Este avance demuestra que es posible construir un modelo líder en IA sin depender completamente de las tarjetas gráficas de Nvidia. Charlie McElligott, estratega en Nomura, comentó para el Financial Times que Gemini 3 ha «reiniciado» efectivamente el mercado de IA.
Este cambio pone de manifiesto una división crítica en el panorama actual de la inteligencia artificial. Durante años, las unidades GPU versátiles de Nvidia han sido el motor universal para el desarrollo en este campo. Sin embargo, los TPUs de Google son circuitos integrados específicos (ASICs), diseñados para tareas concretas y limitadas. La competencia entre este tipo de hardware especializado y las alternativas más versátiles está desafiando la antigua hegemonía de Nvidia.
En un giro poco habitual y defensivo, Nvidia utilizó la plataforma social X para abordar directamente las inquietudes generadas por esta situación. La compañía expresó: «Estamos encantados con el éxito de Google; han logrado grandes avances en IA y seguimos suministrándoles». Posteriormente, reafirmó su mensaje central al afirmar: «NVIDIA está una generación adelante del resto del sector; es la única plataforma capaz de ejecutar todos los modelos de IA dondequiera que se realice computación». El comunicado subrayó que sus chips ofrecen «mayor rendimiento, versatilidad y fungibilidad que los ASICs».
Esta respuesta pública resalta la seriedad con la que Nvidia está enfrentando esta amenaza. Un informe alarmante para los inversores indicó que Meta, uno de los clientes más importantes para Nvidia, está considerando utilizar los TPUs de Google en sus centros de datos para 2027. Si una gigante tecnológica como Meta —que proyecta gastos capitales cercanos a 72 mil millones este año— comienza a diversificar sus proveedores de chips, esto podría marcar un cambio sísmico en la industria y validar la tecnología desarrollada por Google.
Las repercusiones derivadas de esta rivalidad van más allá del enfrentamiento entre dos gigantes corporativos. La volatilidad actual ha intensificado el debate sobre una posible burbuja en el mercado de IA. Instituciones financieras como el Banco de Inglaterra han advertido previamente que el aumento desmesurado del valor empresarial en este sector podría desencadenar un desplome generalizado si dicha burbuja estalla. Los eventos recientes demuestran que incluso un desafío percibido a un líder industrial puede provocar pérdidas millonarias instantáneas.
Este drama financiero sirve como recordatorio del vertiginoso ritmo del cambio tecnológico. Se evidencia que ninguna empresa —por dominante que sea— está exenta a ser interrumpida. Para quienes han presenciado los ciclos del entusiasmo tecnológico desde el auge .com hasta la locura cripto, este patrón resulta familiar. La verdadera prueba será determinar qué tecnología realmente ofrece un valor duradero y transformador para la sociedad más allá del frenesí bursátil. El futuro del sector AI no solo se escribe mediante código sino también a través della feroz competencia entre los chips que impulsarán la próxima década.
Fuentes utilizadas para este artículo incluyen:
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| $300 mil millones | Pérdida de valor de Nvidia durante la caída de acciones. |
| 7% | Porcentaje máximo de caída en el precio de las acciones de Nvidia. |
| $72 mil millones | Proyección de gastos de capital de Meta para este año. |