Arqueólogos han descubierto un esqueleto de 2.000 años de antigüedad que podría corresponder a un posible sacrificio humano durante el rodaje del programa "Las maravillas ocultas de Sandi Toksvig" en Dorset, Reino Unido. Los restos pertenecen a una adolescente enterrada boca abajo en un pozo, lo que sugiere una falta de respeto en comparación con otros entierros formales del área. El análisis del esqueleto revela signos de una vida dura y posibles indicios de que la joven fue esclavizada o prisionera de guerra, incluyendo una fractura sin curar y marcas que sugieren ataduras. Este hallazgo sorprendente plantea interrogantes sobre las prácticas funerarias de la tribu Durotriges. Para más detalles, visita el enlace.
Un equipo de arqueólogos, que se encontraba realizando el rodaje del programa Las maravillas ocultas de Sandi Toksvig, hizo un descubrimiento sorprendente en octubre pasado: un esqueleto de aproximadamente 2.000 años de antigüedad, hallado en un asentamiento de la Edad de Hierro ubicado en Dorset, Reino Unido.
El hallazgo se produjo mientras los investigadores examinaban objetos cotidianos pertenecientes a la tribu Durotriges, entre los cuales se encontraban broches de bronce, un peine de hueso y un brazalete. Los restos corresponden a una adolescente que fue enterrada boca abajo en un pozo, lo cual contrasta notablemente con los entierros formales observados en el sitio.
El líder del equipo excavador, Miles Russell, expresó su sorpresa ante la posibilidad de que estos restos pudieran estar relacionados con un sacrificio humano. A diferencia de otros cuerpos encontrados en la zona, que estaban acompañados por ajuares funerarios y dispuestos cuidadosamente, este caso presenta una disposición desordenada y sin ofrendas. Russell indicó que la posición boca abajo de la joven “sugiere una marcada falta de respeto”.
El análisis del esqueleto ha revelado signos evidentes de una vida dura: marcadas inserciones musculares y discos intervertebrales desgastados, lo que indica que la persona realizó trabajo físico pesado desde una edad temprana. Según el experto, este tipo de enterramientos podría corresponder a personas esclavizadas o prisioneros de guerra.
Además, se ha encontrado una fractura en la muñeca que no había sanado adecuadamente, compatible con un intento defensivo. También hay evidencia que sugiere que sus muñecas habían sido atadas, lo cual refuerza la hipótesis sobre un sacrificio o al menos una ejecución deliberada.
Este descubrimiento no solo aporta información valiosa sobre las prácticas funerarias antiguas, sino que también abre nuevas líneas de investigación sobre las costumbres sociales y rituales de las comunidades prehistóricas en Gran Bretaña.
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