China ha advertido a Japón sobre una "trayectoria peligrosa" tras las declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, quien sugirió una posible implicación militar de Japón en Taiwán si China despliega fuerzas en la isla. La agencia estatal china Xinhua calificó estas afirmaciones como un síntoma del resurgimiento del militarismo japonés y un intento de redefinir la identidad de seguridad de Japón. Pekín ha respondido con amenazas de consecuencias severas si Tokio interviene militarmente en el estrecho de Taiwán, destacando que esto podría llevar a una inestabilidad regional significativa. Para más detalles, visita el enlace.
Las recientes declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, respecto a una posible implicación militar de Japón en Taiwán en caso de que China despliegue fuerzas militares en la isla, han sido calificadas como «una seria advertencia». Según un comentario publicado por la agencia estatal china Xinhua, estas afirmaciones indican que «los demonios militaristas» de Japón están siendo invocados nuevamente.
La publicación sostiene que las palabras de Takaichi no son un hecho aislado, sino que representan «el síntoma más reciente de un proyecto político» que podría llevar a Tokio hacia «una trayectoria peligrosa». Este contexto ha suscitado preocupación en la región y ha intensificado el debate sobre el papel militar japonés en Asia.
Xinhua critica el ascenso político de Takaichi, quien ha sido acusada de alimentar un ambiente de revisionismo histórico. La agencia señala que su postura incluye cuestionar la Declaración Murayama, considerada un hito en las disculpas de Japón por sus acciones durante la Segunda Guerra Mundial. Además, se menciona su negación de la masacre de Nankín y su alineación con facciones que se niegan a reconocer la agresión pasada del país.
En este sentido, se advierte sobre el resurgimiento del pensamiento militarista en Japón y la posibilidad de revisar los principios establecidos sobre armas nucleares. Recientemente, se informó que Takaichi estaba considerando modificar el estatus no nuclear del país, vigente desde la década de 1960.
Las tensiones entre ambos países se han intensificado tras las insinuaciones de Takaichi sobre una posible respuesta militar por parte de Tokio si Pekín decide desplegar fuerzas en Taiwán. Históricamente, los primeros ministros japoneses han evitado discutir detalles sobre conflictos potenciales relacionados con Taiwán; sin embargo, Takaichi ha desafiado esta tradición al calificar la situación como una amenaza a la supervivencia nacional.
El Ministerio de Exteriores chino ha advertido que si Japón no rectifica sus declaraciones sobre Taiwán, enfrentará serias consecuencias. El vocero Lin Jian enfatizó que cualquier intervención militar japonesa sería considerada un acto de agresión y resultaría en una respuesta contundente por parte de China. Asimismo, el Ministerio de Defensa chino subrayó que Japón sufriría una «derrota aplastante» si interfiere en los asuntos taiwaneses.
Pekín está evaluando diversas opciones para responder a la postura japonesa, incluyendo sanciones económicas y restricciones comerciales. Se considera que estas medidas podrían incluir la suspensión total de relaciones económicas, diplomáticas y militares con Tokio.
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