Corea del Sur enfrenta advertencias sobre los riesgos de construir submarinos nucleares, según la agencia norcoreana KCNA. Este desarrollo podría desencadenar una carrera armamentista en la región Asia-Pacífico y llevar a un "efecto dominó nuclear". La aprobación de Estados Unidos para que Seúl desarrolle estos submarinos es vista como un paso hacia la nuclearización de Corea del Sur, lo que podría desestabilizar la seguridad militar regional y provocar una crisis nuclear global. La relación entre EE.UU. y Corea del Sur se describe como desigual, con implicaciones estratégicas significativas para el equilibrio de poder en Asia. Para más detalles, visita el enlace.
La reciente decisión de Corea del Sur de construir submarinos nucleares ha generado preocupación en la región Asia-Pacífico, según un informe de la agencia de noticias norcoreana KCNA. Este desarrollo podría desatar una carrera armamentista sin precedentes, especialmente tras la autorización otorgada por Estados Unidos a Seúl para llevar a cabo este proyecto.
De acuerdo con el medio norcoreano, «la posesión de submarinos nucleares por parte de Corea del Sur es un paso previo hacia su propia nuclearización», lo que desencadenaría un efecto dominó nuclear en la región y provocaría una intensificación de la carrera armamentística.
KCNA advierte que esta situación trasciende las fronteras de la península coreana, amenazando con desestabilizar la seguridad militar en toda el área y potencialmente conducir a una crisis nuclear global. En respuesta a estas tensiones, se menciona que «la República Popular Democrática de Corea adoptará medidas más apropiadas y realistas para salvaguardar su soberanía nacional y la paz regional».
El medio también subraya que el deseo de Corea del Sur de poseer submarinos nucleares no es simplemente una reacción defensiva ante las armas nucleares norcoreanas, sino que representa un avance peligroso hacia el cumplimiento de su ambición histórica de adquirir armas nucleares.
La alianza entre Washington y Seúl ha sido objeto de crítica, ya que KCNA sostiene que no se trata de una relación recíproca e igualitaria, sino más bien de una dinámica donde se observa una clara subordinación. Esta relación se describe como un vínculo entre amo y sirviente, donde los intereses estadounidenses prevalecen sobre los surcoreanos.
Además, se destaca el intento estratégico de Estados Unidos por convertir a Corea del Sur en una fuerza de choque dentro de su estrategia en el Indo-Pacífico, buscando establecer su hegemonía no solo en la península coreana, sino también en el noreste asiático y toda la región Asia-Pacífico.
A finales de octubre, el presidente Donald Trump anunció a través de su red social que había autorizado la construcción de un submarino nuclear para Corea del Sur. Este nuevo modelo reemplazaría a los actuales submarinos diésel, considerados obsoletos.
Trump también indicó que Corea del Sur había acordado pagar 350.000 millones de dólares a cambio de una reducción arancelaria por parte de EE.UU., además de comprometerse a adquirir grandes cantidades de petróleo y gas estadounidenses. El presidente precisó que el submarino se construirá en los astilleros ubicados en Filadelfia, resaltando así un resurgimiento potencial en la industria naval estadounidense.