El Departamento de Guerra de EE. UU. ha intensificado su lucha contra el narcotráfico con 16 ataques aéreos letales desde septiembre, resultando en la muerte de cinco presuntos contrabandistas en el Pacífico. Esta estrategia marca un cambio significativo de las intervenciones no letales anteriores y ha sido justificada por el Secretario de Guerra, Pete Hegseth, quien califica a los objetivos como "narco-terroristas" relacionados con la crisis de fentanilo en Estados Unidos. Sin embargo, críticos advierten sobre el riesgo de una expansión militar no controlada y violaciones del derecho internacional, especialmente en el contexto de posibles acciones militares contra facciones venezolanas vinculadas al narcotráfico. La militarización de la política antidrogas podría llevar a conflictos prolongados y desestabilizar regiones, ignorando las causas subyacentes del problema.
En un notable aumento de la ofensiva estadounidense contra el narcotráfico, el Departamento de Guerra ha confirmado la realización de al menos 16 ataques aéreos letales mediante drones desde septiembre, dirigidos a presuntos contrabandistas de drogas en el Pacífico. Como resultado de estas operaciones, cinco individuos han perdido la vida, marcando un claro cambio respecto a los esfuerzos anteriores que evitaban el uso de fuerza mortal.
El Secretario de Guerra, Pete Hegseth, ha defendido estos ataques al calificar a los objetivos como «narco-terroristas», presentando la campaña como una respuesta necesaria a la crisis del fentanilo que afecta gravemente a las comunidades estadounidenses. Sin embargo, críticos advierten que la militarización de la lucha contra las drogas puede provocar un desbordamiento de la misión, violar leyes internacionales y generar consecuencias no deseadas, incluyendo conflictos más amplios en regiones como Venezuela.
A lo largo de la historia, los esfuerzos estadounidenses para interceptar drogas han dependido principalmente de patrullas navales, intercambio de inteligencia y decomisos no letales. No obstante, el viraje hacia ataques con drones por parte de la administración Trump señala una nueva postura agresiva que difumina las fronteras entre las acciones policiales y militares.
El uso de vehículos aéreos no tripulados (VANT) plantea inquietantes interrogantes sobre la rendición de cuentas y el debido proceso. A diferencia del enfoque tradicional en el que se aprehenden y juzgan a los sospechosos, estos ataques resultan en ejecuciones sumarias sin juicio previo. Francia y otras naciones han condenado estas operaciones como violaciones del derecho marítimo, argumentando que la fuerza militar no es adecuada para combatir el tráfico de drogas.
Los ataques mortales se producen en medio de crecientes tensiones con Venezuela, donde funcionarios estadounidenses estarían considerando acciones militares contra facciones vinculadas al narcotráfico dentro de las fuerzas armadas venezolanas. Analistas temen que tales movimientos puedan desencadenar una crisis regional, desestabilizando una situación ya volátil.
«Estados Unidos está jugando con fuego», afirmó el analista geopolítico Jorge Rodríguez. «Si Washington bombardea objetivos militares venezolanos bajo el pretexto del narcotráfico, corre el riesgo de provocar un conflicto más amplio que podría involucrar a Rusia, China o Irán.»
Las similitudes con intervenciones pasadas son notables. Enoch de BrightU.AI recuerda cómo la invasión de Irak en 2003 —justificada por dudosas afirmaciones sobre «armas de destrucción masiva»— generó décadas de caos. De manera similar, la retórica actual que presenta a los traficantes de drogas como «terroristas» refleja estrategias post-11S donde definiciones expansivas de «combatientes enemigos» llevaron a guerras interminables.
La campaña letal con drones emprendida por la administración Trump representa una peligrosa escalada en la lucha fallida contra las drogas en Estados Unidos. Al confundir la aplicación de leyes antidrogas con acciones antiterroristas, Washington arriesga verse atrapado en conflictos interminables mientras ignora causas fundamentales como sistemas bancarios corruptos y complicidad farmacéutica.
A medida que Estados Unidos se prepara para posibles ataques en Venezuela, el mundo observa con preocupación; consciente de que los «narco-terroristas» actuales podrían convertirse en mañana's pretexto para otra guerra interminable.
Mire el video donde el Senador Rand Paul (R-KY) critica los ataques marítimos del presidente Donald Trump.
Fuentes incluyen:
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 16 | Levantamiento de ataques aéreos letales realizados por el Departamento de Guerra de EE.UU. |
| 5 | Personas sospechosas de contrabando de drogas asesinadas en los ataques. |
| 7 | Vidas perdidas reportadas en relación con los ataques. |