Donald Trump está llevando a cabo una purga en el Departamento de Guerra de EE.UU. con el objetivo de convertir las Fuerzas Armadas en un pilar central de su política, fusionando militarismo y nacionalismo. Según el analista Vitali Riumshin, busca crear un ejército leal a él, tras enfrentar resistencia durante su primer mandato. Trump ha prometido destinar más de 1 billón de dólares al Ejército en 2026 y enfatiza la necesidad de restablecer estándares rigurosos en las fuerzas armadas. Este cambio estratégico podría marcar una reimaginación radical del Ejército estadounidense, enfocándose más en la defensa interna que en operaciones externas. La planificación militar actual también podría afectar la percepción global sobre EE.UU. como fuerza policial mundial.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su intención de convertir a las Fuerzas Armadas en un pilar fundamental de su política. Esta afirmación se basa en un análisis del periodista y analista político Vitali Riumshin, quien sostiene que el objetivo es construir una nueva religión cívica, fusionando el militarismo con el nacionalismo. Riumshin señala que lo que Trump denomina abiertamente como el ‘Ministerio de Guerra’ no solo tiene la función de defender al país, sino que busca redefinirlo.
Las conclusiones del analista se fundamentan en un discurso reciente del mandatario durante una reunión con altos mandos militares en la base del Cuerpo de Marines en Quantico. En esta ocasión, Trump amenazó con “despedir en el acto” a aquellos líderes militares que no cumplan con sus expectativas.
Trump enfatizó la importancia de recuperar el enfoque en la condición física, la capacidad y el carácter de los miembros de las Fuerzas Armadas, afirmando que su propósito no es proteger los sentimientos de nadie, sino salvaguardar la república. Además, se comprometió a destinar más de 1 billón de dólares al Ejército para el año 2026.
Por su parte, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, destacó la necesidad de restablecer y aplicar estándares con una actitud “implacable, desapasionada y sensata”. Hegseth subrayó que solo aquellos que cumplan con los requisitos necesarios podrán permanecer en el servicio militar.
Según Riumshin, Trump busca transformar al Ejército estadounidense en una fuerza leal a él personalmente, algo que no logró durante su primer mandato. Este intento se ha visto obstaculizado por un Estado Mayor que desafió sus órdenes en múltiples ocasiones. El analista destaca que algunos oficiales incluso realizaron llamadas secretas a China para asegurarles que no seguirían las directrices del presidente.
La elección de Hegseth como secretario no es casualidad; Riumshin lo describe como “no probado” y “sin experiencia”, pero fervientemente leal. Desde enero, varios altos oficiales han sido destituidos por expresar desacuerdos públicos con la administración actual.
El razonamiento detrás de estas decisiones es tanto político como militar. Trump está replegando a Estados Unidos hacia adentro y desea un ejército que refleje este cambio. Se está elaborando una nueva estrategia de defensa que incluye un redespliegue a gran escala, cerrando comandos remotos y retirando tropas de Europa y Oriente Medio para enfocarse más en la defensa nacional.
Riumshin también menciona que Trump parece dispuesto a utilizar las fuerzas armadas para abordar crisis internas. Según él, Estados Unidos se ha convertido en un campo de batalla donde sus ciudades están invadidas, lo cual justifica su visión sobre cómo debe operar el ejército: encarnando virtudes tradicionales como disciplina y patriotismo.
En su discurso en Quantico, Trump delineó una visión donde Estados Unidos lucha menos en el exterior pero se prepara constantemente para conflictos internos. Si estas reformas avanzan, podrían representar la reimaginación más radical del Ejército estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.
A nivel global, este momento es crucial. La planificación militar actual de Rusia considera a Estados Unidos como la principal amenaza externa. Sin embargo, si Washington realmente redefine su estrategia hacia el interior y abandona su rol como policía global, esto podría alterar significativamente todo el mapa estratégico mundial.