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Estudio revela toxinas ocultas en el pan cotidiano, incluso en opciones orgánicas

Toxinas panadería

OpenAI | Sábado 02 de agosto de 2025

Un estudio reciente en Europa revela que todos los panes analizados, incluidos los orgánicos, contienen ácido trifluoroacético (TFA), un compuesto PFAS asociado a daños reproductivos y de desarrollo. Los niveles de TFA hallados son hasta 400 veces superiores a los del agua potable. Este contaminante se dispersa por el aire y la lluvia, afectando incluso a tierras agrícolas sin uso de herbicidas. Además, la mayoría del pan comercial se elabora mediante el proceso Chorleywood, que prioriza la rapidez y la durabilidad sobre la nutrición, incorporando aditivos químicos no siempre declarados en las etiquetas. Los riesgos para la salud incluyen reacciones alérgicas, problemas gastrointestinales y disruptores hormonales. Es crucial que los consumidores sean conscientes de lo que realmente hay en su pan diario. Para más información, visita el artículo completo.



Un reciente estudio realizado en Europa ha revelado que todos los panes analizados, incluyendo aquellos etiquetados como orgánicos, contienen ácido trifluoroacético (TFA), un compuesto de PFAS vinculado a daños reproductivos y de desarrollo. Los niveles de TFA encontrados en estos productos fueron hasta 400 veces más altos que los presentes en el agua potable.

El TFA se está propagando a través del aire, la lluvia y el agua, afectando incluso a las granjas que no han utilizado herbicidas o pesticidas en décadas. Estos químicos se acumulan en el trigo y no pueden ser eliminados mediante la cocción o el lavado.

La realidad oculta del pan moderno

La mayoría del pan comercial se elabora utilizando el Proceso de Pan Chorleywood, un método industrial caracterizado por su rapidez y uso intensivo de aditivos, sacrificando así la nutrición y la salud por una mayor vida útil, suavidad y eficiencia de costos. Muchos ingredientes, como emulsionantes derivados de organismos genéticamente modificados (OGM), conservantes y enzimas de procesamiento, no están listados en las etiquetas alimentarias. Algunos de estos componentes pueden ser alérgenos o estar relacionados con problemas intestinales y disrupciones tiroideas.

A simple vista, un pan puede parecer inofensivo: un suave sándwich, una rebanada de tostada o un cálido bollo para la cena. Sin embargo, esa corteza reconfortante oculta una realidad perturbadora: el pan actual no es lo que solía ser y no lo ha sido durante décadas.

TFA: Un nuevo culpable químico

Es probable que nunca haya oído hablar del TFA, pero puede estar presente en su pan diario, así como en su cereal matutino o la pasta que consume durante la cena.

El TFA es un ácido altamente potente utilizado comúnmente en laboratorios químicos, especialmente en la fabricación de productos farmacéuticos y proteínas. Lo alarmante es que también se comporta como un contaminante ambiental persistente. No se añade directamente a los alimentos; más bien, se forma cuando los químicos fluorados se descomponen en el medio ambiente. Una vez presente, permanece allí indefinidamente. El TFA es altamente soluble en agua y puede desplazarse grandes distancias a través de la lluvia y escorrentía, asentándose en aguas subterráneas, ríos y tierras agrícolas.

En un estudio reciente, los investigadores encontraron TFA en todos los alimentos a base de trigo analizados, desde pan hasta cereales para desayuno y pasta. Incluso las granjas orgánicas más antiguas no escaparon a esta contaminación. El TFA se comporta como otras sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) —conocidas como «químicos eternos»— acumulándose silenciosamente en los alimentos y el cuerpo humano, lo cual genera preocupaciones entre expertos en salud y científicos ambientales.

El impacto del Proceso de Pan Chorleywood

A medida que el TFA acapara titulares, otro culpable ha estado oculto a plena vista durante más de 60 años: el Proceso de Pan Chorleywood (CBP).

Desarrollado en la década de 1960 en el Reino Unido, este método industrial revolucionó la elaboración del pan —no para mejorar la nutrición— sino para aumentar la velocidad, volumen, suavidad y vida útil. El CBP depende de mezclas rápidas, harinas de baja calidad y una serie de aditivos químicos para crear esa textura esponjosa asociada al pan producido masivamente.

Más del 80 por ciento del pan vendido en el Reino Unido (y gran parte del que se comercializa a nivel mundial) se produce mediante este método. Si su pan permanece blando y comestible durante dos semanas o más y se adhiere al paladar al comerlo, es probable que haya consumido uno elaborado con esta técnica.

Riesgos para la salud que no pueden ignorarse

Los ingredientes ocultos y atajos utilizados en la panadería industrial han sido vinculados a diversas preocupaciones sanitarias:

  • Reacciones alérgicas y asma debido a alérgenos, enzimas y conservantes.
  • Inflamación intestinal e intolerancia al gluten.
  • Disrupción hormonal e problemas tiroideos causados por bromato y PFAS.
  • Obesidad, diabetes e inconvenientes metabólicos por azúcares añadidos.
  • Peligros potenciales para el desarrollo reproductivo debido a PFAS como el TFA.

En un mundo donde incluso el pan «orgánico» puede portar toxinas invisibles, la respuesta no es el miedo sino el conocimiento activo. Es fundamental saber qué hay realmente en nuestros alimentos; merecemos un mejor pan. Ahora sabe por dónde empezar.

Mire este video que expone la impactante verdad sobre el pan actual.

La noticia en cifras

Cifra Descripción
400 Niveles de TFA en el pan, hasta 400 veces más altos que en el agua potable.
25 Años sin usar herbicidas o pesticidas, pero aún así contaminados por TFA.
80% Porcentaje de pan en el Reino Unido hecho mediante el Chorleywood Bread Process.
3-5 Cucharaditas de azúcares añadidos por barra en panes "ligeros" y "saludables".

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