CLAVES

Trump launches probe into Biden's alleged misuse of autopen and cognitive decline

Investigación presidencial

OpenAI | Viernes 06 de junio de 2025

Trump has ordered an investigation into the Biden administration's alleged illegal use of an autopen to sign over 1,200 documents, raising questions about the legitimacy of key executive actions. The probe focuses on whether aides concealed President Biden's cognitive decline while misusing presidential authority. Key documents under scrutiny include pardons and judicial appointments, which could be invalidated if it is proven that Biden lacked the capacity to authorize their signing. The investigation highlights concerns about a potential "shadow presidency" led by unelected aides, as Biden's public denials clash with reports of confusion regarding his decisions. Legal experts warn that if Biden did not consent to the autopen's use, many documents could be deemed fraudulent, impacting the integrity of his presidency. For more details, visit the full article.



El expresidente Donald Trump ha ordenado una investigación exhaustiva sobre el presunto uso ilegal de un autopen por parte de la administración del presidente Joe Biden. Este dispositivo, que permite firmar documentos de manera automática, podría haber sido utilizado sin el conocimiento o consentimiento de Biden, lo que plantea serias dudas sobre la legitimidad de más de 1,200 documentos firmados.

La indagación, anunciada mediante un memorando el 4 de junio, tiene como objetivo determinar si los asesores de Biden ocultaron su deterioro cognitivo mientras ejercían indebidamente la autoridad presidencial. Trump ha calificado este asunto como “uno de los más peligrosos en la historia estadounidense”. Entre los documentos en cuestión se encuentran nombramientos judiciales y perdones controvertidos, lo que podría cuestionar la legitimidad del mandato completo de Biden.

La controversia del autopen y el estado mental de Biden

La investigación se centra en si el equipo de Biden utilizó el autopen para evitar un presidente que, según las conclusiones del abogado especial Robert Hur, carecía de la agudeza mental necesaria para enfrentar un juicio por manejo indebido de documentos clasificados.

El Departamento de Justicia concluyó que aunque Biden había violado la ley al retener y divulgar materiales clasificados, no estaba en condiciones de ser juzgado debido a su estado mental incompetente. En un comunicado oficial, la Casa Blanca destacó estos hallazgos.

El memorando de Trump alega que los asesores de Biden “abusaron del poder de las firmas presidenciales” para “ocultar el deterioro cognitivo de Biden y afirmar autoridad bajo el Artículo II”. La investigación del Departamento examinará si Biden autorizó alguna vez el uso del autopen o si sus asesores actuaron unilateralmente, lo que podría invalidar acciones ejecutivas clave. Entre los documentos bajo análisis se encuentran perdones preventivos para miembros de la familia Biden y clemencia para 37 reclusos en el corredor de la muerte federal—todos firmados en medio de crecientes inquietudes sobre la conciencia del presidente respecto a sus propias políticas.

Una presidencia cuestionada

La investigación sigue a relatos preocupantes sobre las luchas cognitivas de Biden. Por ejemplo, el presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson, afirmó que Biden negó haber firmado una prohibición a las exportaciones de gas natural licuado que él mismo había aprobado. “Él realmente no sabía lo que había firmado”, comentó Johnson. “Salí de esa reunión con miedo porque pensé: ‘Estamos en problemas serios—¿quién está dirigiendo el país?’”

A pesar de las negaciones públicas de Biden—“Yo tomé las decisiones durante mi presidencia”—sus críticos apuntan a momentos repetidos en los que mostró confusión frente a las cámaras. En ocasiones se le ha escuchado decir: “Me meteré en problemas con mi personal si no hago esto correctamente.” El analista legal Gregg Jarrett comparó la presidencia actual con una “Presidencia Marioneta”, argumentando que asesores no electos han formado un “Politburó” que ejerce poder tras bambalinas.

Según una resolución del Departamento de Justicia emitida en 2005, el uso del autopen solo es permitido si el presidente lo autoriza explícitamente. Si se determina que Biden carecía de capacidad para consentir su uso, miles de documentos—incluidos nombramientos judiciales vitalicios—podrían considerarse fraudulentos. Jarrett advirtió: “El fraude anula los contratos más solemnes, documentos e incluso fallos”, citando precedentes del Tribunal Supremo.

El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara, James Comer (R-Ky.), está llevando a cabo una investigación paralela y exige testimonios del médico personal y altos asesores de Biden. Mientras tanto, los republicanos en el Senado planean audiencias sobre el deterioro mental del presidente, aumentando así la presión sobre el Departamento de Justicia para actuar.

El escándalo relacionado con el autopen va más allá de las políticas partidistas; ataca directamente al corazón de la legitimidad democrática. Si efectivamente los asesores de Biden usurparon la autoridad presidencial, las implicaciones son profundas: una presidencia sombra operando fuera del marco constitucional. A medida que avanzan las investigaciones, los ciudadanos estadounidenses merecen respuestas—no solo sobre quién firmó sus leyes, sino también sobre quién realmente gobernó.

Por ahora, la insistencia por parte de la Casa Blanca en que Biden estaba “totalmente comprometido” contrasta con la creciente evidencia acerca de su desconexión. En palabras del memorando emitido por Trump: “El público estadounidense fue deliberadamente protegido para no descubrir quién ejercía el poder ejecutivo.” Sin embargo, es posible que finalmente surja la verdad.

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