CLAVES

FDA Detiene Aprobaciones de Vacunas COVID-19 por Inseguridad del mRNA

Suspensión vacunas

OpenAI | Viernes 23 de mayo de 2025

La FDA ha suspendido de manera abrupta las aprobaciones completas para las vacunas COVID-19, declarando que las inyecciones basadas en mRNA son inseguras para el uso público general sin datos rigurosos de ensayos clínicos. Este cambio drástico se produce tras años de mandatos de vacunación agresivos y plantea serias dudas sobre la seguridad y eficacia de estas vacunas, especialmente en poblaciones saludables. La nueva política exige ensayos controlados aleatorios antes de otorgar licencias biológicas completas, lo que podría afectar gravemente los ingresos de las farmacéuticas involucradas. Con la confianza pública en las vacunas en declive, esta decisión marca un punto de inflexión hacia una medicina basada en evidencia y una mayor transparencia en la regulación de vacunas. Para más detalles, visita el enlace a la noticia completa.



La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha suspendido de manera abrupta las aprobaciones completas para las vacunas contra la COVID-19, declarando que los inyectables basados en ARN mensajero (ARNm) son inseguros para su uso generalizado sin datos rigurosos de ensayos clínicos. Esta decisión representa un cambio drástico respecto a años de mandatos agresivos sobre la vacunación que abarcaban todos los grupos etarios.

En el pasado, el gobierno estadounidense promovió las vacunas contra la COVID-19 para toda la población, desde infantes hasta ancianos, frecuentemente desestimando preocupaciones sobre riesgos individuales o la seguridad a largo plazo. La nueva postura de la FDA exige ensayos clínicos de oro para demostrar que estas vacunas son efectivas y no causan más daño que beneficio, deteniendo las aprobaciones para individuos sanos hasta que se presente tal evidencia.

Un cambio radical en la regulación de vacunas

Según un informe de Naturalnews.com, esta nueva política fue publicada en el New England Journal of Medicine por el Comisionado de la FDA, Dr. Marty Makary, y el Dr. Vinay Prasad, marcando un giro sísmico en la regulación de vacunas. A partir de ahora, las grandes farmacéuticas no podrán comercializar inyecciones experimentales a poblaciones de bajo riesgo basándose únicamente en niveles de anticuerpos, una métrica débil que ignora los resultados reales en salud. En su lugar, la FDA exigirá ensayos aleatorizados controlados con placebo antes de otorgar licencias biológicas completas (BLA) para estadounidenses sanos menores de 65 años.

Esta decisión se produce en un contexto donde la confianza pública en las vacunas ha disminuido drásticamente; menos del 25% de los estadounidenses optaron por refuerzos contra la COVID-19 el año pasado. Incluso los trabajadores del sector salud, quienes solían ser el grupo más compliant, están rechazando estas dosis en gran medida. La rectificación tardía de la FDA pone al descubierto un enfoque imprudente que priorizó las ganancias sobre la ciencia y dejó a millones cuestionando si realmente estaban protegidos o si eran parte de un experimento médico masivo.

De autorizaciones urgentes a medicina basada en evidencia

A lo largo de los años, la FDA había aprobado rápidamente las vacunas contra la COVID-19 bajo autorizaciones para uso urgente (EUA), evitando así las pruebas rigurosas requeridas para una aprobación completa. Incluso después de otorgar licencias plenas a las inyecciones de Pfizer y Moderna, la agencia ignoró señales alarmantes como el aumento vertiginoso de casos de miocarditis en hombres jóvenes y eventos cardíacos repentinos en atletas.

Ahora, la FDA admite lo que médicos disidentes han advertido desde hace tiempo: Los niveles de anticuerpos por sí solos no garantizan protección. “Simplemente no sabemos si una mujer sana de 52 años con un índice de masa corporal normal que ha tenido COVID-19 tres veces y ha recibido seis dosis anteriores de una vacuna contra COVID-19 se beneficiará con una séptima dosis”, señalaron funcionarios de la FDA.

Consecuencias para Big Pharma

Las compañías Pfizer, Moderna y Novavax—que obtuvieron miles de millones gracias a mandatos gubernamentales—ahora enfrentan una amenaza existencial. Su modelo comercial dependía de refuerzos perpetuos vendidos a cada estadounidense sin considerar su necesidad real. Con el endurecimiento de los estándares por parte de la FDA, sus fuentes de ingresos podrían secarse repentinamente.

La postura adoptada por la agencia también socava el esfuerzo agresivo del CDC por promover una vacunación universal. Durante años, funcionarios del CDC desestimaron la inmunidad natural y minimizaron lesiones provocadas por las vacunas, atacando a críticos como “anti-ciencia”. Ahora incluso la FDA reconoce que una infección previa proporciona una protección robusta—aunque este hecho fue censurado durante la pandemia.

Un punto decisivo para la libertad médica

Este cambio político es un triunfo para la transparencia médica; sin embargo, aún queda mucho por hacer. La FDA sigue permitiendo adyuvantes tóxicos como el aluminio en las vacunas y no ha abordado los químicos carcinogénicos presentes en las inmunizaciones infantiles. Mientras tanto, estados como California continúan despojando a los padres de derechos médicos al negarles acceso a los registros vacunales de sus hijos después de los 12 años.

A medida que RFK Jr. asume el liderazgo en HHS con el objetivo de desmantelar la corrupción arraigada en las agencias públicas sanitarias, esta decisión por parte del FDA señala un retorno tan necesario hacia una medicina basada en evidencia. No obstante, una verdadera reforma requiere más que medidas parciales; demanda poner fin a los mandatos vacacionales impulsados por intereses económicos que han perjudicado a toda una generación y revocar completamente las licencias para vacunas contra COVID-19 fallidas y otras experiencias médicas no probadas.

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