OPINIÓN

¿Sabe Vox que solo tiene el 8% de los votos extremeños?

Rafael M Martos | Viernes 23 de junio de 2023
La situación política en Extremadura se ha complicado tras el fracaso de las negociaciones entre el PP y Vox para investir a María Guardiola como presidenta de la Junta. La candidata popular, que empató en escaños con el socialista Guillermo Fernández Vara, se ha negado a aceptar todas las exigencias de la formación de ultraderecha, que pretendía entrar en el Gobierno y derogar la ley de Memoria Histórica, entre otras cosas.

Guardiola, que se ha mostrado firme y coherente con su palabra de gobernar en solitario, ha ofrecido a Vox presidir la Asamblea, tener una secretaría y hasta un senador de designación autonómica, pero no ha sido suficiente para los de Santiago Abascal, que han mandado a un comisario político desde Madrid, como si Extremadura fuese una colonia, para imponer su agenda ideológica al 92% de los extremeños que no les votaron. Al final, el PSOE les ha ganado todo eso que ahora podía tener Vox.

¿Sabe Vox que solo tiene el 8% de los votos extremeños? ¿Sabe Vox que está poniendo en riesgo el cambio político en Extremadura y favoreciendo al PSOE, que lleva 40 años al frente de la Junta? ¿Sabe Vox que está traicionando a sus propios votantes, que querían un gobierno del PP y no un bloqueo institucional?

Estas son algunas de las preguntas que debería hacerse Vox antes de seguir con su actitud intransigente y soberbia, que recuerda a la del caballo de Atila, que por donde pasaba no crecía la hierba. Vox debería aprender a dialogar y a pactar con generosidad y sentido común, como ha hecho el Partido Regionalista en Cantabria con el PP, o como el propio PP ha hecho Barcelona para que no gobierne un independentista, o el PSOE en otros lugares para evitar a EH Bildu. Hay que ser conscientes de dónde ha sido puesto uno por la ciudadanía.

No es de recibo que con el 8% de los votos, Vox quiera imponer su visión de la historia, que no es mi más ni menos que la sostenida durante el franquismo, o quiera imponer como dogma la negación de la existencia de la violencia machista, pretendiendo derogar una ley de Memoria Histórica que tiene por objeto recuperar la dignidad y la justicia de las víctimas del golpe militar, la guerra civil y la dictadura. Una ley que fue aprobada por unanimidad en la Asamblea de Extremadura en 2019 y que está avalada por los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos.

Tampoco es admisible que Vox quiera entrar en el Gobierno para gestionar áreas tan sensibles como educación, sanidad o cultura, sin tener experiencia ni proyecto para ello, porque ya hemos visto que carecían de programa. ¿Qué credibilidad puede tener un partido que propone eliminar las autonomías, recentralizar el Estado y recortar las competencias autonómicas? ¿Por qué no piden eliminar esas competencias autonómicas en vez de quedárselas para su propia gestión? ¿Por qué no piden eliminar la asamblea extremeña, o eliminar los sueldos parlamentarios, o las asignaciones a los grupos…? Nada de eso pidieron ni hicieron en Andalucía, pero tampoco en ningún lugar donde han tocado poder.

Extremadura se merece un gobierno serio, responsable y eficaz, que se ocupe de los problemas reales de los ciudadanos y no de las obsesiones ideológicas de unos pocos, en concreto del 8%. Extremadura se merece una presidenta como María Guardiola, una mujer de palabra que brilla frente a hombres sin palabra, que ha demostrado tener principios. Una mujer que ha dicho "no" a Vox arriesgándose a perder lo conseguido, pero manteniendo el compromiso.

Si se repiten las elecciones en Extremadura, habrá que ver cómo explica Vox si quien gana es el PSOE, y si quien gana con una amplia mayoría o mayoría absoluta es el PP, Vox seguirá teniendo un problema y más gordo. Y si el PP baja electoralmente y sube Vox, será un escenario difícil de asumir para muchos extremeños, que no quieren ver su región convertida en un laboratorio de experimentos radicales.

Como dijo el poeta extremeño Luis Chamizo, "Extremadura es una tierra de contrastes, de luces y sombras, de risas y llantos, de amor y odio". Esperemos que prevalezcan la luz, la risa y el amor, y que Extremadura sea una tierra de progreso, de libertad y de democracia, que es lo que desde la hermana Andalucía les deseamos.

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