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El verano recibe a un virus zoonótico de la misma familia que el ébola que ya pone en jaque a la comunidad internacional

(Foto: UNICEF).

Sin tratamiento ni vacunas

Virginia González | Martes 19 de julio de 2022

Dos hombres han fallecido después de contagiarse de este virus zoonótico de la misma familia que el Ébola. La agencia de la ONU para la salud ha desplegado expertos y entregado equipos de protección para ayudar a las autoridades del país a rastrear contactos y alertar a las comunidades con el fin de evitar su expansión, tanto dentro como fuera de sus fronteras.



Ghana ha declarado un brote de la enfermedad de Marburgo, un virus zoonótico de la misma familia que el Ébola, después de que se hayan confirmado dos casos sospechosos.

El Instituto Pasteur de Dakar (Senegal), que colabora con la Organización Mundial de la Salud (OMS), recibió muestras de los dos pacientes y corroboró los resultados otro laboratorio de Ghana. Los pacientes, dos varones de 26 y 51 años sin parentesco, presentaron diarrea, fiebre, náuseas y vómitos y murieron al poco de ingresar en el hospital.

Se han identificado más de 90 contactos, entre ellos trabajadores sanitarios y miembros de la comunidad, que están siendo vigilados.

"Las autoridades sanitarias han respondido rápidamente, adelantándose a la preparación de un posible brote. Esto es bueno porque, sin una acción inmediata y decisiva, Marburgo puede escaparse fácilmente de las manos", dijo la doctora Matshidiso Moeti, directora regional de la OMS para África.

La agencia de la ONU ha desplegado expertos, y ha entregado equipos de protección personal, para reforzar la vigilancia, hacer pruebas, rastrear contactos y alertar a las comunidades. Además, en los próximos días se desplegará otro equipo que se encargará de la coordinación, la evaluación de riesgos y las medidas de prevención de la infección.

Marburgo es una fiebre hemorrágica vírica altamente infecciosa de la misma familia que el virus del Ébola. Es sólo la segunda vez que se detecta esta enfermedad zoonótica en África Occidental. Se han registrado brotes anteriores y casos esporádicos de Marburgo en Angola, la República Democrática del Congo, Kenya, Sudáfrica y Uganda. La OMS se ha puesto en contacto con los países vecinos de alto riesgo y están en alerta.

Contagios por contacto directo

El Marburgo se transmite a las personas a través de los murciélagos de la fruta y, al igual que el ébola, se propaga entre los seres humanos mediante el contacto directo con la sangre (a través de heridas o las membranas mucosas), las secreciones, los órganos u otros fluidos corporales de personas infectadas, y con superficies y materiales (por ejemplo, ropa de cama, ropa) contaminados con estos fluidos.

El personal sanitario se puede infectar al tratar a pacientes con Marburg si no se practican estrictamente las precauciones de control de la infección.

Las ceremonias de entierro que implican un contacto directo con el cuerpo del fallecido también pueden contribuir a la transmisión de Marburgo.

Las personas siguen siendo infecciosas mientras su sangre contenga el virus.

El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) varía de dos a 21 días.

La enfermedad causada comienza bruscamente, con fiebre alta, dolor de cabeza intenso y malestar general. Los dolores musculares son una característica común. La diarrea acuosa severa, el dolor y los calambres abdominales, las náuseas y los vómitos pueden comenzar al tercer día.

En esta fase se ha descrito que los pacientes presentan «aspecto de fantasma» debido al hundimiento de los ojos, la inexpresividad facial y el letargo extremo.

Muchos enfermos tienen manifestaciones hemorrágicas graves a los 5 a 7 días y los casos mortales suelen presentar alguna forma de hemorragia, a menudo en varios órganos. La presencia de sangre fresca en los vómitos y las heces suele acompañarse de hemorragia por la nariz, las encías y la vagina. El sangrado espontáneo en los lugares de venopunción donde se administran líquidos o se extraen muestras de sangre puede ser especialmente problemático. Durante la fase grave de la enfermedad, los pacientes presentan persistentemente fiebre elevada. La afectación del sistema nervioso central puede producir confusión, irritabilidad y agresividad. Se han descrito asimismo casos ocasionales de orquitis (inflamación de uno o ambos testículos) en la fase tardía de la enfermedad (a los 15 días de su inicio).

En los casos mortales, la muerte suele producirse a los 8 o 9 días del inicio de los síntomas y se suele preceder de grandes pérdidas de sangre y de choque.

No hay tratamiento ni vacunas

Aunque no hay vacunas ni tratamientos antivirales aprobados para tratar el virus, los cuidados -rehidratación con líquidos orales o intravenosos- y el tratamiento de síntomas específicos, mejoran la supervivencia. Se están evaluando diversos tratamientos potenciales, como productos sanguíneos, terapias inmunológicas y farmacológicas, así como vacunas candidatas con datos de fase 1.

Desde un punto de vista clínico, puede resultar difícil distinguir el Marburgo de otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea, la shigelosis, la meningitis y otras fiebres hemorrágicas víricas. Para confirmar que la causa de los síntomas es el virus de Marburg se emplean métodos de diagnóstico en laboratorio como pruebas PCR y de antígenos.

El manejo de muestras de los enfermos expone a un riesgo muy alto y las analíticas de muestras no inactivadas deben realizarse en condiciones de máxima biocontención. Todas las muestras biológicas para transporte nacional o internacional se deben envasar con el sistema de triple envase.

Prevención y control

Para controlar correctamente los brotes se deben aplicar varias medidas relacionadas con el tratamiento, la prevención y el control de la infección, la vigilancia y el rastreo de los contactos, la calidad de los servicios de laboratorio, la seguridad de las inhumaciones y la movilización social. La participación de la población es fundamental para controlar los brotes.

Los mensajes de salud pública encaminados a reducir el riesgo deberían centrarse en varias cuestiones:

  • La reducción del riesgo de transmisión del murciélago de la fruta al ser humano a través de la exposición prolongada en minas o cuevas habitadas por colonias de estos animales. Durante los brotes deben cocinarse bien todos los productos animales (sangre y carne).
  • Debe evitarse el contacto físico estrecho con pacientes infectados por el virus de Marburgo. Las personas que cuiden a pacientes en el domicilio deben llevar guantes y otras prendas de protección personal adecuadas y lavarse las manos regularmente. También es necesario lavarse las manos tras visitar a pacientes hospitalizados o atender a pacientes en su domicilio.
  • Las comunidades afectadas deben hacer lo posible por informar debidamente a la población acerca de la naturaleza de la enfermedad y de las medidas necesarias de contención de los brotes.
  • La inhumación de los cadáveres debe ser rápida, digna y sin riesgos y se debe identificar a las personas que puedan haber estado en contacto con alguna persona infectada y hacerles seguimiento durante 21 días separar las personas sanas y las enfermas para no aumentar la propagación.
  • La reducción del riesgo de transmisión sexual. De acuerdo con los resultados de las investigaciones en curso, la OMS recomienda que los varones convalecientes no incurran en riesgos y apliquen medidas protectoras durante las relaciones sexuales, además de mantener una buena higiene durante los 12 meses posteriores al inicio de los síntomas o hasta que los análisis del semen den dos veces negativo para el virus de Marburgo.

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