OPINIÓN

La Necrópolis del Mediterráneo

(Foto: ACNUR).
Jesús Antonio Fernández Olmedo | Sábado 29 de mayo de 2021
Lo que está sucediendo con la emigración es algo ya terrible...

Bebés y niños muertos en las playas de Libia es un signo ineludible de que esta sociedad humana no solo ha degenerado a unos límites inaceptables sino que además todo lo que sucede hoy ya raya en la locura.

Con síntomas de tanto desencaje no podemos hablar de una sociedad sana. La política fronteriza de la UE muestra su cinismo más crudo.

Se están obstruyendo deliberadamente los rescates en el Mediterráneo y esto no es más que consecuencias de lo mismo.

Los medios muestran estas imágenes como tragedias pero no es así, se trata de un crimen perpetrado por unos pocos con el consentimiento de muchos.

Esto es un crimen que tiene responsables, ejecutores y procedimientos indudables.

¿Nos vamos a ir a veranear a las playas mediterráneas sabiendo que son una fosa común?

La muerte acecha a una sociedad que insiste en no ver, en no ser solidaria, en no devolver lo robado y mucho más...

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