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La coexistencia de Covid-19 y la gripe podría ser muy grave

A.M. | Viernes 20 de noviembre de 2020
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) quiere recordar que la vacuna contra la gripe es este año más importante que nunca.

No solo puede prevenir la gripe, una infección respiratoria común en la temporada de invierno que puede provocar graves complicaciones, sino también evitar la coinfección con gripe y COVID-19. La coexistencia de ambas infecciones podría ser muy grave, especialmente en los grupos de riesgo para una u otra enfermedad.

Se recomienda la vacuna contra la gripe a todas aquellas personas que pertenecen a algunos de los grupos de riesgo en los que está aconsejada, como enfermos crónicos respiratorios, con patologías cardiovasculares u otras, mujeres embarazadas y mayores con más de 65 años.

No solo se estará previniendo una enfermedad que cada año causa complicaciones, neumonías y la muerte a muchas personas, sino que también estarán reduciendo las probabilidades de padecer una coinfección de gripe y COVID-19, que podría ser potencialmente mortal. A falta de tratamientos eficaces y de una vacuna frente al coronavirus, debemos emplear las armas que ya se tienen, entre ellas la vacuna de la gripe.

En caso de contraer la COVID-19 los pacientes tienen que estar en el mejor estado de salud posible, deben acordarse de revacunarse cada año, y más que nunca este, pues las cepas circulantes han cambiado y pequeñas mutaciones antigénicas pueden implicar que los anticuerpos que desarrollen frente a esta vacuna no tengan tanta eficacia.

La vacuna antigripal se prepara cada año en función de las cepas circulantes del virus de la gripe que se observan del invierno anterior y durante el invierno del hemisferio sur. Con estos datos, la composición de la vacuna recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la temporada 2020-2021 en el hemisferio norte incluye cambios calificados de “mayores” respecto a la temporada anterior, como son la sustitución de tres de las cuatro cepas y una composición diferenciada, según el modo de producción.

Asimismo, en el caso de la vacuna trivalente se incluirá solo el componente Victoria del virus influenza B, además de las cepas recomendadas de los dos virus de influenza A H1N1 y H2N3. Así, las vacunas tetravalentes producidas con huevo llevarán la cepa del virus H1N1 similar a A/Guangdong/Maonan y la cepa del virus H2N3 similar a A/Hong Kong/2671/2019, así como las cepas B, del linaje Victoria, similar a B/Washington y B, del linaje Yamagata, similar a Phuket. Y las vacunas tetravalentes producidas en cultivos celulares tendrán las mismas cepas B, pero su composición varía en cuanto a las cepas de los virus A, ya que se incluirán las cepas del virus H1N1 similar a A/Hawai y del virus H2N3 similar a A/Hong Kong/45/2019.

Revacunación frente a la gripe

Cada año la vacunación frente a la gripe se inicia a mediados del mes de octubre, antes de que bajen de forma drástica las temperaturas, puesto que la inmunidad del virus tarda en desarrollarse unas cuatro semanas y las personas que pertenecen a alguno de los grupos de riesgo deben revacunarse cada año.

La revacunación contra la gripe cada año permite reforzar las propias defensas y que estas se adapten a las cepas de gripe que circulan cada año, según informan los organismos como el CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), el ECDC (Centro Europeo para el Control de Enfermedades) y el Ministerio de Sanidad. Es importante que las personas que pertenecen a alguno de los grupos de riesgo no dejen la vacunación para última hora, sino que estén vacunadas un par de meses antes para tener tiempo de desarrollar anticuerpos contra la gripe y así estar preparadas frente a la infección.

Además, cuando baja la temperatura por la llegada del invierno, los anticuerpos frente a la gripe del año anterior están prácticamente agotados y es necesario reforzarlos con otra vacuna porque está garantiza una inmunidad que dura unos 12 meses.

Vacunarse frente a la gripe permite prevenir la enfermedad en uno mismo, así como sus complicaciones, ingresos hospitalarios y muertes relacionadas con ella, pero también evita contagiar a otras personas. Hay otra vacuna de interés para prepararse frente a la gripe, que es la vacuna antineumocócica. Esta está indicada en personas mayores de 65 años o con enfermedades cardiorespiratorias crónicas, entre otras. Permite prevenir el desarrollo de la neumonía, que es una de las principales y más graves complicaciones causadas por la gripe.

Hay dos presentaciones de la misma: por un lado, la vacuna polisacárida 23-valente (que contiene 23 serotipos), financiada por el Sistema Nacional de Salud, y para la que el paciente debe revacunarse cada 5 años; por otro lado, la vacuna conjugada 13-valente, que se administra una sola vez porque confiere una inmunidad frente a la neumonía más duradera, para toda la vida.

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