CLAVES

El coronavirus albergaba un gen misterioso en el que nadie había recaído hasta ahora

Virginia González | Lunes 16 de noviembre de 2020
Un nuevo gen, identificado como ORF3d, había conseguido hasta ahora escapar al escrutinio de los científicos, que lo habían pasado por alto.

Una nueva investigacón ha descubierto un misterioso gen en el código del coronavirus SARS-CoV-2. Hasta ahora, el segmento era invisible para el ojo humano.

El hallazgo corre por cuenta del bioinformático Chase Nelson, del Museo Americano de Historia Natural, quien ha descubierto un misterioso y nuevo gen oculto en el genoma del virus responsable de la pandemia de Covid-19, que recibió el nombre de ORF3d y es lo que se conoce como superpuesto: una especie de gen dentro de un gen, que está oculto en una cadena de nucleótidos debido a la forma en que se superpone a las secuencias codificadas de otros genes.

"En términos de tamaño del genoma, el SARS-CoV-2 y sus parientes se encuentran entre los virus de ARN más grandes que existen", explica Nelson. Los virus son bastante propensos a albergar genes superpuestos, pero en un virus que solo tiene alrededor de 15 genes conocidos, el descubrimiento de uno más es un desarrollo significativo.

Para que nos hagamos una idea, los genes superpuestos son difíciles de identificar en las secuencias genéticas, ya que los sistemas de exploración genómica a menudo pueden pasarlos por alto cuando recorren las cadenas del código genético. Se debe a que son programados para recoger genes individuales, pero sin ver necesariamente los esquemas generales. En el contexto de un virus como el SARS-CoV-2, eso podría suponer un grave punto ciego.

"Ignorar genes superpuestos nos pone en peligro de pasar por alto aspectos importantes de la biología viral. La superposición de genes puede ser una de las formas en que los coronavirus han evolucionado para replicarse eficientemente, frustrar la inmunidad del huésped o transmitirse", subraya Nelson.

Por último, cabe destacar que el ORF3d provoca una fuerte respuesta de anticuerpos, pero si los linfocitos T también se desencadenan o qué otros propósitos puede cumplir aún está por conocerse.

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