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Parlamento de Kenia denuncia abusos sexuales y daños ambientales por parte de soldados británicos

Abuso británico

OpenAI | Miércoles 03 de diciembre de 2025

Kenya's parliament has accused British soldiers of sexual abuse, killings, human rights violations, and environmental destruction during decades of military training in the country. A recent report details testimonies from affected communities in Laikipia and Samburu counties, highlighting issues such as misconduct, ethical breaches, and negligence by the British Army Training Unit in Kenya (Batuk). The inquiry revealed disturbing trends of sexual violence against local women and environmental hazards linked to military exercises. Despite the allegations, Batuk has denied accountability, citing diplomatic immunity. The UK High Commission expressed regret over the situation and is open to investigating new evidence. The parliamentary committee has called for reforms to ensure accountability and protect local communities. For more details, visit the full article.



El parlamento de Kenia ha acusado a soldados británicos de haber perpetrado durante décadas abusos sexuales, asesinatos, violaciones de derechos humanos y destrucción ambiental mientras se encontraban en el país para realizar entrenamientos militares. Este informe revela testimonios desgarradores de comunidades en los condados de Laikipia y Samburu, ubicados cerca de las bases de entrenamiento militar.

Según el documento, los soldados británicos han evadido la rendición de cuentas al negarse a colaborar con la investigación parlamentaria. Por su parte, la Alta Comisión del Reino Unido en Kenia expresó su pesar porque su contribución no fue reflejada en las conclusiones del informe y reafirmó su disposición para investigar las alegaciones «bajo nuestra jurisdicción completamente, una vez que se presente evidencia».

Controversias en el entrenamiento militar

Desde hace décadas, las tropas del British Army Training Unit in Kenya (Batuk) han estado realizando entrenamientos en el centro de Kenia. Sin embargo, su presencia ha sido objeto de controversia debido a acusaciones recurrentes de mala conducta y violaciones a los derechos humanos. Cada año, más de 1,000 soldados kenianos reciben formación británica, mientras que miles de tropas del Reino Unido son enviadas a Kenia para ejercicios de entrenamiento.

Un informe extenso de 94 páginas elaborado por el Comité Parlamentario de Defensa, Inteligencia y Relaciones Exteriores acusa a Batuk de continuar cometiendo infracciones éticas, violaciones a los derechos y negligencia ambiental, así como preocupaciones laborales. El panel citó declaraciones orales y escritas de civiles afectados, víctimas, líderes comunitarios, organizaciones de la sociedad civil y agencias públicas.

Testimonios impactantes

Durante la investigación, las comunidades anfitrionas denunciaron asesinatos, agresiones y mutilaciones que involucraban a soldados de Batuk. El informe destaca que Batuk es «cada vez más visto como una presencia ocupante en lugar de un socio en desarrollo», haciendo paralelismos con injusticias coloniales.

Entre los casos más graves se encuentra el asesinato en 2012 de Agnes Wanjiru, cuyo cuerpo fue hallado en un tanque séptico en Nanyuki casi tres meses después de haber pasado una noche con soldados británicos. El panel indicó que «la búsqueda de justicia ha sido lenta y llena de frustraciones». Se alegó que el proceso investigativo ha enfrentado interferencias indebidas por parte del personal de Batuk.

Casos sin resolver

Otro caso notable es el «asesinato ilegal» del pastor Tilam Leresh supuestamente cometido por un sargento de Batuk en 2012; hasta la fecha no se ha realizado ninguna detención o juicio ni en Kenia ni en el Reino Unido. Aunque el Reino Unido ha expresado su pesar por este incidente, el Ministerio de Defensa señaló que no había suficiente evidencia para presentar cargos.

El informe también menciona «tendencias preocupantes» relacionadas con conductas sexuales inapropiadas por parte del personal de Batuk. Se afirma que sobrevivientes reportaron casos mal manejados o desestimados por las autoridades locales, lo que resultó en muchos víctimas sin acceso a justicia. Además, hay «evidencia contundente» sobre violencia sexual generalizada perpetrada por soldados contra mujeres pertenecientes a las comunidades samburu y maasai.

Impacto ambiental y social

Aparte del abuso sexual y la violencia física, los legisladores también denunciaron que Batuk nunca ha realizado evaluaciones ambientales y sociales requeridas legalmente para sus ejercicios militares. Se plantearon preocupaciones sobre el posible uso de fósforo blanco, conocido por la gravedad de las lesiones que causa. Los residentes informaron problemas respiratorios, abortos espontáneos y muertes del ganado debido a humos tóxicos y desechos militares dejados atrás.

En defensa propia, Batuk afirmó que auditorías ambientales independientes demostraron altos niveles de cumplimiento con las regulaciones kenianas. Sin embargo, el panel investigador destacó que Batuk había «persistido» en negarse a comparecer ante el comité e invocó reclamos de inmunidad diplomática.

Recomendaciones para mejorar la cooperación

A raíz del informe, se recomendó modificar el acuerdo militar existente entre Kenia y el Reino Unido para introducir un código de conducta para fuerzas visitantes y reglas estrictas contra la violencia basada en género. Asimismo, se instó al ministerio de defensa keniano a negociar con el gobierno británico mecanismos para responsabilizar a los soldados de Batuk respecto al apoyo infantil.

La situación continúa generando preocupación tanto dentro como fuera del país mientras se busca una solución adecuada para abordar estas serias acusaciones.


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