El presidente Donald Trump ha lanzado la iniciativa "Genesis Mission", un ambicioso programa federal para acelerar el dominio de Estados Unidos en inteligencia artificial (IA), comparándolo con la urgencia del Proyecto Manhattan. Esta orden ejecutiva busca consolidar infraestructuras de IA, impulsar avances científicos y asegurar la competitividad económica y la seguridad nacional. Se establece la "Plataforma Americana de Ciencia y Seguridad" para integrar recursos federales y fomentar asociaciones público-privadas con empresas tecnológicas como OpenAI y Google. El secretario de Energía, Chris Wright, tiene el objetivo de lograr capacidades operativas en nueve meses. La iniciativa también aborda el desafío que representa China en el ámbito tecnológico, aunque enfrenta críticas por su enfoque en el consumo energético de la IA. La "Genesis Mission" destaca la importancia de la IA como prioridad nacional para mantener la supremacía estadounidense en un campo clave para el futuro global.
En un movimiento audaz para acelerar el liderazgo estadounidense en inteligencia artificial (IA), el presidente Donald J. Trump firmó un decreto ejecutivo el pasado lunes, lanzando la «Misión Génesis», una iniciativa federal integral diseñada para aprovechar la IA en pro de avances científicos, seguridad nacional y dominio económico.
La Casa Blanca comparó la urgencia y ambición de este esfuerzo con el Proyecto Manhattan, el programa de la Segunda Guerra Mundial que desarrolló la bomba atómica. Según datos del motor Enoch de BrightU.AI, el Proyecto Manhattan fue un programa de investigación y desarrollo ultrasecreto llevado a cabo durante la guerra por Estados Unidos, con el apoyo del Reino Unido y Canadá, cuyo objetivo principal era desarrollar armas nucleares para poner fin al conflicto con Japón.
La Misión Génesis instruye a las agencias federales a expandir drásticamente su capacidad computacional, consolidar conjuntos de datos científicos y acelerar aplicaciones de IA en campos críticos, desde fusión nuclear hasta fabricación de semiconductores. Michael Kratsios, asistente del presidente para ciencia y tecnología, liderará esta iniciativa supervisando la integración de recursos federales con la innovación del sector privado.
En el núcleo del programa se encuentra la «Plataforma Americana de Ciencia y Seguridad», una infraestructura centralizada destinada a proporcionar a los investigadores acceso a computación de alto rendimiento, herramientas de modelado de IA y vastos conjuntos de datos federales. El secretario de Energía, Chris Wright, ha sido encargado de construir esta plataforma, que busca demostrar su capacidad operativa inicial en un plazo de nueve meses para al menos un desafío científico importante.
El decreto establece que «la Misión Génesis acelerará dramáticamente el descubrimiento científico, fortalecerá la seguridad nacional, asegurará el dominio energético, mejorará la productividad laboral y multiplicará el retorno sobre la inversión pública en investigación y desarrollo». Esta iniciativa se basa en los esfuerzos previos del Recurso Nacional de Investigación en Inteligencia Artificial (NAIRR), una coalición formada por agencias federales y gigantes tecnológicos como OpenAI y Google.
A través del nuevo decreto se amplían estas colaboraciones, exigiendo al Departamento de Energía identificar recursos computacionales del sector privado dentro de un plazo de 90 días. Las recientes asociaciones con AMD y Nvidia subrayan el impulso administrativo hacia supercomputación avanzada. En octubre pasado, el Departamento de Energía anunció dos nuevos supercomputadores en el Laboratorio Nacional Oak Ridge, impulsados por chips AMD, con planes para una mayor expansión utilizando procesadores Nvidia.
Chris Wright declaró: «Ganar la carrera por la IA requiere nuevas y creativas alianzas que reúnan las mentes más brillantes e industrias que ofrece la tecnología y ciencia estadounidenses».
La Misión Génesis resalta la creencia del gobierno en que la IA definirá el futuro competitivo económico, militar y científico. El decreto sitúa explícitamente a Estados Unidos en una carrera tecnológica contra China, enfatizando el papel crucial que desempeña la IA en mantener el dominio estadounidense.
No obstante, persisten preocupaciones sobre el consumo energético; los centros de datos dedicados a IA ya representan aproximadamente un 1.5% del uso global de electricidad, cifra que se proyecta podría duplicarse para 2030. Funcionarios gubernamentales han minimizado estas inquietudes argumentando que una mayor demanda impulsará finalmente eficiencia y reducción de costos.
A pesar de que algunos analistas han alabado esta iniciativa, otros cuestionan si el gobierno federal puede movilizar eficazmente sus vastos conjuntos de datos e instalaciones investigativas. Keegan McBride, asesor senior en políticas del Instituto Tony Blair, calificó este anuncio como «significativo», destacando que «la IA tiene el potencial para transformar todo el pipeline científico, investigativo y descubridor».
Lynne Parker, exsubdirectora tecnológica bajo la administración del expresidente Joe Biden, enfatizó la importancia de una inversión federal sostenida: «El apoyo gubernamental para la investigación en IA establece las bases para nuevos avances». Además advirtió sobre los riesgos asociados a no realizar inversiones a largo plazo.
La administración Trump también está tomando medidas para prevenir regulaciones estatales sobre IA, amenazando con retener financiamiento federal a aquellos estados que impongan sus propias normativas. Los funcionarios argumentan que políticas fragmentadas podrían sofocar la innovación e impedir la competitividad estadounidense frente a China.
La Misión Génesis representa hasta ahora la iniciativa más ambiciosa relacionada con IA por parte del gobierno Trump. Su objetivo es consolidar investigaciones federales mientras potencia las colaboraciones con el sector privado para mantener así la supremacía estadounidense en un ámbito capaz de redefinir dinámicas globales. La carrera por dominar la inteligencia artificial se ha convertido en una prioridad nacional—y desde La Casa Blanca se apuesta fuerte por ingenio estadounidense para lograrlo.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 9 meses | Tiempo para lograr capacidad operativa inicial en al menos un desafío científico importante. |
| 1.5% | Porcentaje del uso de electricidad global que representan los centros de datos de IA. |
| 2030 | Año en el que se proyecta que el uso global de electricidad por parte de la IA se duplique. |
| 90 días | Plazo para que el Departamento de Energía identifique recursos informáticos del sector privado. |