Cientos de miles de judíos ultraortodoxos protestaron en Jerusalén contra un plan del gobierno israelí que busca eliminar su exención del servicio militar obligatorio. Los manifestantes consideran que la conscripción representa una amenaza existencial para su forma de vida religiosa, temiendo que se secularice a la juventud y se socave su dedicación al estudio de la Torá. La protesta, organizada por líderes religiosos, refleja una creciente tensión en Israel entre ciudadanos seculares y comunidades ultraortodoxas. La situación política es delicada, ya que el primer ministro Benjamin Netanyahu enfrenta presiones de su coalición ante el riesgo de colapso si no se restablecen las exenciones. Esta crisis de reclutamiento militar destaca el dilema entre mantener la identidad judía y los ideales democráticos en Israel.
En una manifestación sin precedentes, cientos de miles de hombres judíos ultraortodoxos se congregaron en las calles de Jerusalén para protestar contra un plan del gobierno israelí que busca poner fin a su exención histórica del servicio militar obligatorio. Los líderes y participantes de la protesta consideran que la conscripción representa una amenaza existencial para su estilo de vida religioso, temiendo que esta medida pueda secularizar a su juventud y socavar su dedicación al estudio de la Torá.
La exención, vigente desde 1948, se encuentra bajo cuestionamiento debido al creciente número de población ultraortodoxa y a las crecientes bajas militares en el contexto de la guerra en Gaza. La Corte Suprema de Israel dictaminó que esta exención debe finalizar, lo que ha llevado a una crisis política que podría desestabilizar el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El evento, conocido como la "demostración del millón", paralizó Jerusalén, dividiendo la ciudad entre sus sectores oriental y occidental. Los manifestantes portaban pancartas con lemas como "El pueblo está con la Torá" y "Cerrar la yeshivá es una sentencia de muerte para el judaísmo". Muchos participantes enmarcaron el reclutamiento militar como una amenaza directa a su identidad religiosa.
"No nos enlistaremos en el ejército bajo ninguna circunstancia", afirmó Yehuda Hirsch, un joven miembro del grupo anti-sionista Neturei Karta. "Nosotros somos judíos por ser judíos. No tenemos conexión con el Estado de Israel."
Históricamente, los ultraortodoxos han estado exentos del servicio militar gracias a un acuerdo establecido por David Ben-Gurion, primer primer ministro de Israel. Sin embargo, ante el crecimiento demográfico de este grupo –que actualmente representa el 14% de los ciudadanos judíos en Israel– y las presiones sociales por igualdad en el servicio militar, la situación ha generado un aumento en el resentimiento público.
La protesta fue mayormente pacífica, aunque se registraron incidentes aislados cuando algunos manifestantes lanzaron botellas de agua a periodistas y prendieron fuego a lonas. Las autoridades desplegaron 2,000 agentes policiales para controlar la situación.
No obstante, un trágico incidente ocurrió cuando un adolescente cayó desde un sexto piso cerca de la estación central de trenes en Jerusalén durante la manifestación. Los servicios de emergencia declararon al joven muerto en el lugar, lo cual intensificó las tensiones ya existentes entre el estado secular israelí y sus ciudadanos más devotos.
Los líderes opositores aprovecharon la ocasión para intensificar sus llamados a una mayor equidad en el servicio militar. El ex primer ministro Yair Lapid instó a través de redes sociales: "Si puedes marchar por las calles, puedes marchar en el entrenamiento básico y defender al Estado de Israel". Por otro lado, Moshe Gafni, legislador del partido UTJ, comparó el reclutamiento con persecuciones históricas sufridas por los judíos.
Este debate refleja una profunda fractura dentro de la sociedad israelí. Mientras que muchos ciudadanos seculares critican las excepciones otorgadas a los ultraortodoxos, estos últimos argumentan que el servicio militar erosionaría su modo de vida tradicional.
Algunos manifestantes sostienen que su dedicación al estudio religioso constituye una forma legítima de servicio nacional. "No estamos aquí para demostrarles a los israelíes que no queremos ir al ejército. Queremos mostrarles que estamos aquí con Dios", declaró Eli, un estudiante estadounidense de yeshivá.
A medida que Netanyahu intenta equilibrar las demandas militares con las expectativas religiosas en medio del desgaste social por la guerra, esta crisis sobre el reclutamiento pone de manifiesto una tensión fundamental entre la identidad judía del estado e ideales democráticos. Con dificultades para cumplir con las cuotas militares requeridas, el gobierno enfrenta una elección complicada: imponer igualdad arriesgando alienar a sus ciudadanos más devotos o mantener privilegios religiosos sacrificando así la unidad nacional.
Se puede ver un clip sobre los judíos ultraortodoxos protestando contra la conscripción forzada, donde se producen intercambios violentos con miembros de las Fuerzas Armadas israelíes.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| Hundreds of thousands | Participantes en la protesta contra el reclutamiento militar. |
| 14% | Porcentaje de la población judía israelí que representa la comunidad ultraortodoxa. |
| 1948 | Año en que se estableció la exención del servicio militar para los ultraortodoxos. |
| 2,000 | Número de oficiales de policía desplegados para contener a los manifestantes. |