Las Fuerzas Armadas de Rusia llevaron a cabo un ataque masivo con misiles Kinzhal y drones contra instalaciones energéticas en Ucrania, según el Ministerio de Defensa ruso. Este ataque, realizado entre la noche del miércoles y jueves, tuvo como objetivo desactivar la infraestructura que apoya al complejo militar-industrial ucraniano. Rusia afirma que todos los objetivos fueron destruidos y que la acción fue una respuesta a los ataques ucranianos contra civiles en su territorio. La situación se complica aún más con la posibilidad de que Ucrania reciba misiles Tomahawk de EE.UU., lo que podría escalar el conflicto. Para más detalles, visita el enlace.
Las Fuerzas Armadas de Rusia llevaron a cabo, durante la noche del miércoles al jueves, un ataque masivo utilizando armas de alta precisión de largo alcance. Este asalto se dirigió contra instalaciones de la infraestructura energética de gas que son esenciales para el funcionamiento de las empresas del complejo militar-industrial de Ucrania, según lo informado por el Ministerio de Defensa ruso.
En este operativo se emplearon, entre otras armas, misiles aerobalísticos hipersónicos Kinzhal y vehículos aéreos no tripulados destinados al ataque. El ministerio afirmó que “se cumplió el objetivo del ataque. Todos los blancos designados fueron destruidos”.
El ataque ha sido calificado como una respuesta a los atentados terroristas ucranianos que han tenido lugar contra instalaciones civiles en territorio ruso. Esta acción forma parte de una serie de ofensivas destinadas a debilitar el complejo militar ucraniano.
Las Fuerzas Armadas de Rusia continúan asestando golpes significativos al sector militar ucraniano, con varias regiones del país reportando fuertes explosiones durante la noche del 12 al 13 de octubre. En este contexto, Rusia también logró repeler un ataque masivo que involucró más de 100 drones provenientes de Ucrania.
Además, el pasado miércoles, el Ejército ruso llevó a cabo ataques exitosos contra instalaciones energéticas que apoyan las operaciones del complejo militar-industrial del régimen de Kiev, así como contra infraestructura de transporte utilizada por las Fuerzas Armadas ucranianas.
Todas estas acciones se producen en medio de informes sobre la posible entrega futura a Ucrania de misiles de crucero Tomahawk. En este sentido, María Zajárova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, denunció que “el régimen de Kiev no oculta la preparación de nuevos atentados terroristas” contra Rusia con el objetivo de intensificar el conflicto.
Zajárova criticó que estos planes parecen haber sido elaborados considerando la posible incorporación en las Fuerzas Armadas ucranianas de misiles estadounidenses Tomahawk, lo cual podría escalar aún más las tensiones en la región.