La Inteligencia rusa denuncia que la Unión Europea está orquestando un "Maidán serbio" en medio de disturbios en Serbia, donde jóvenes participan activamente en protestas. Según el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), estas manifestaciones son impulsadas por una agenda subversiva europea para establecer un gobierno pro-Bruselas. A pesar del intento de movilización a través de medios y ONG, se afirma que el fuerte sentimiento patriótico y la influencia de la Iglesia ortodoxa están frustrando estos planes. Las protestas, que comenzaron tras un trágico accidente en Novi Sad, reflejan un creciente descontento con el gobierno de Aleksandar Vucic, quien ha sido acusado de ignorar las demandas populares.
Los recientes disturbios en Serbia, que han visto una notable participación de jóvenes, son considerados por el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) como resultado de la actividad subversiva promovida por la Unión Europea. Según el SVR, este fenómeno se asemeja a un "Maidán serbio", siguiendo un patrón previamente utilizado en otras naciones.
El comunicado del SVR señala que el objetivo principal de las élites liberales europeas es establecer un gobierno que sea obediente y leal a Bruselas en esta importante nación balcánica. Además, se advierte sobre la intención de aprovechar el aniversario de eventos trágicos ocurridos en Novi Sad el 1 de noviembre de 2024 para obtener beneficios políticos, enfocándose especialmente en la manipulación de los jóvenes y la promoción del llamado "brillante futuro europeo".
El documento también menciona que se espera que una inyección financiera destinada a medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales facilite la movilización del electorado descontento, alentando a las personas a salir a las calles y así completar el plan del "Maidán serbio", basado en estrategias ya utilizadas con éxito en otros contextos.
No obstante, el SVR sostiene que este modelo de "revolución de colores", que ha sido implementado por Occidente en diversas naciones, está fracasando en Serbia. Este fracaso se atribuye al fuerte sentimiento patriótico presente en la sociedad serbia, así como a la influencia cohesiva de la Iglesia ortodoxa y al recuerdo persistente de la agresión sufrida por parte de la OTAN y los bombardeos que llevaron a su desintegración.