Una nueva modalidad de fraude digital está afectando a miles de usuarios de Gmail, donde ciberdelincuentes utilizan inteligencia artificial para generar alertas falsas que parecen oficiales. La Asociación Finlandesa de Telemarketing ha advertido sobre esta estafa, en la que se inserta un código invisible en correos electrónicos, activando avisos automáticos de seguridad que engañan al usuario y lo redirigen a los estafadores. Este tipo de fraude es difícil de detectar debido a la confianza que los usuarios tienen en las alertas generadas por IA. Las consecuencias incluyen robo de datos personales y financieros, así como pérdidas económicas inmediatas. Los expertos advierten que este fraude podría expandirse globalmente, dado el amplio uso de Gmail. Para protegerse, se recomienda no confiar en números de teléfono sospechosos, no compartir contraseñas y activar la verificación en dos pasos.
Una reciente estafa digital ha comenzado a afectar a miles de usuarios de Gmail. Los ciberdelincuentes están utilizando la inteligencia artificial para crear alertas fraudulentas que aparentan ser oficiales.
La Asociación Finlandesa de Telemarketing ha emitido una advertencia sobre esta nueva táctica, donde los atacantes insertan un código invisible en los correos electrónicos. Este código activa avisos automáticos de seguridad, diseñados para engañar al usuario y redirigirlo hacia los estafadores.
A primera vista, el correo electrónico parece inofensivo, pero contiene un código oculto que es interpretado por la inteligencia artificial de Gmail. Esto provoca un mensaje falso que indica que la contraseña del usuario está comprometida.
Además, junto al aviso aparece un número de atención al cliente que, en realidad, pertenece a los estafadores. Al contactar este número, las víctimas corren el riesgo de revelar diferentes datos personales y financieros.
Los especialistas explican que esta trampa se basa en la confianza que los usuarios depositan en los avisos generados por la propia IA. La presentación del mensaje hace que pase desapercibida para muchos.
El método empleado es similar a las técnicas utilizadas en optimización web, pero adaptadas para llevar a cabo fraudes digitales. Esta similitud contribuye a que muchos usuarios no logren identificar el engaño.
Aunque esta modalidad fue detectada inicialmente en Finlandia, expertos advierten sobre su potencial expansión a nivel mundial. Dado que Gmail es uno de los servicios más utilizados, el riesgo se incrementa considerablemente.
La integración de inteligencia artificial en correos y resúmenes automáticos facilita que los estafadores puedan engañar a sus víctimas con mayor efectividad.