Alemania ha registrado un aumento significativo en las quiebras corporativas, alcanzando un máximo de diez años con 11,900 casos en la primera mitad de 2025, lo que representa un incremento del 9.4% respecto al año anterior. Este crecimiento se atribuye a costos en aumento, débil demanda y incertidumbres comerciales, poniendo en riesgo 141,000 empleos. Las tensiones comerciales entre EE.UU. y la UE han exacerbado la situación para los fabricantes alemanes, generando advertencias sobre posibles "reacciones en cadena" de insolvencias que podrían prolongar la recesión actual. A pesar de un leve crecimiento del PIB del 0.2% a principios de 2025, los expertos son escépticos sobre una recuperación rápida sin reformas estructurales y estabilización de las relaciones comerciales.
La economía alemana enfrenta un momento crítico, con un aumento significativo en el número de quiebras corporativas que ha alcanzado su nivel más alto en una década. Según un reciente estudio de Creditreform, 11,900 empresas solicitaron insolvencia entre enero y junio de 2025, lo que representa un incremento del 9.4% en comparación con el año anterior. Esta cifra alarmante afecta a aproximadamente 141,000 empleados y resalta una crisis económica profunda, impulsada por la débil demanda, el aumento de costos y la incertidumbre en las políticas comerciales.
El informe, publicado el jueves pasado, se produce tras dos años de recesión y un frágil crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0.2% a inicios de 2025. El economista jefe de Creditreform, Patrik-Ludwig Hantzsch, advirtió que esta tendencia podría intensificarse, afirmando que “el persistente alto nivel de insolvencias está desencadenando cada vez más reacciones en cadena”. Klaus Wohlrabe del Instituto Ifo añadió un contexto sombrío: “Las perspectivas de mejora para el tercer trimestre de 2024 son desalentadoras”, citando la encuesta sobre el clima empresarial del Instituto que muestra una caída en la confianza de los exportadores durante junio debido a las tensiones comerciales.
El sector industrial alemán, tradicionalmente un pilar de su economía, se encuentra bajo presión debido a la disminución de pedidos y cadenas de suministro afectadas. La caída en la demanda global ha reducido las ventas al exterior —un salvavidas para la industria manufacturera alemana— amplificando el daño causado por los aumentos de precios internos. “Las empresas están lidiando con una demanda débil, costos crecientes y una incertidumbre persistente”, indicó Hantzsch, quien destacó que la erosión de las reservas financieras y las condiciones crediticias más estrictas han dejado a muchas incapaces de resistir la tormenta.
A lo largo de la historia, las quiebras corporativas en Alemania alcanzaron su punto máximo durante la crisis financiera de 2008 y nuevamente en 2012, durante la crisis de deuda en la eurozona. Sin embargo, el actual aumento es singular por su alineación con fallas estructurales en el modelo industrial alemán —como la dependencia de sectores envejecidos como el automotriz— y amenazas externas como los aranceles impuestos por Estados Unidos. El índice de expectativas exportadoras del Ifo para los fabricantes cayó a -7.4 en junio, su nivel más bajo desde 2019, señalando temores sobre una posible escalada hacia una guerra comercial total con Washington.
Estados Unidos, como principal socio comercial de Alemania (con €253 mil millones en bienes durante 2024), se ha convertido en una vulnerabilidad clave. Los aranceles impuestos por el presidente Trump en 2024 sobre productos europeos —20% en general y hasta 25% sobre acero, aluminio y automóviles— permanecen como una espada de Damocles. Aunque algunas sanciones se han pospuesto mediante negociaciones, los aranceles base continúan vigentes, nublando las perspectivas para los exportadores alemanes.
Wohlrabe enfatizó la falta de resolución del conflicto: “Las amenazas arancelarias provenientes de EE.UU. aún están sobre la mesa. No se ha llegado a ningún acuerdo entre la UE y EE.UU.” Este estancamiento ha mermado la confianza empresarial, empujando aún más hacia abajo el índice de expectativas exportadoras del Ifo mes tras mes. “La incertidumbre está perjudicando las decisiones sobre inversiones y contrataciones”, advirtió, señalando posibles daños a largo plazo para la competitividad alemana.
A pesar del ligero repunte del PIB a principios de 2025, Hantzsch advirtió que el control recesivo sigue vigente. “Alemania está atrapada en una profunda crisis económica y estructural”, afirmó, subrayando que los riesgos de insolvencia probablemente persistirán hasta 2026. Wohlrabe coincidió con este pesimismo: “Las reacciones encadenadas derivadas del colapso empresarial podrían profundizar aún más la recesión.”
Los analistas sostienen que sin reformas para optimizar industrias y estabilizar relaciones comerciales, la crisis podría extenderse más allá de cualquier esperanza inmediata de recuperación. “No se trata solo de aranceles; es necesario reconstruir la competitividad en una economía global donde los modelos antiguos están fracasando”, señaló un economista aludiendo a brechas en digitalización y transiciones relacionadas con el cambio climático como desafíos no abordados.
A medida que las quiebras corporativas alcanzan un pico histórico, Alemania enfrenta una incómoda realidad: su legado económico se erosiona bajo presiones internas y externas competidoras. Con incertidumbres comerciales sin resolver y costos elevados, las posibilidades de una rápida recuperación disminuyen. Por ahora, los líderes empresariales del país deben enfrentar una dura elección: adaptarse o arriesgarse a convertirse en otra estadística dentro de un espiral descendente creciente.
Cifra | Descripción |
---|---|
11,900 | Quiebras corporativas en la primera mitad de 2025. |
9.4% | Aumento interanual en el número de quiebras comparado con 2024. |
141,000 | Empleos en riesgo debido a las quiebras. |
-7.4 | Índice de expectativas de exportación para fabricantes en junio (el más bajo desde 2019). |