Las autoridades de EE. UU. se preparan para un fin de semana potencialmente explosivo debido a las protestas "No Kings" organizadas por grupos de izquierda radical en más de 50 ciudades. Se teme que estas manifestaciones busquen provocar enfrentamientos violentos con la policía, similar a incidentes históricos como el de George Floyd o Kent State, para justificar disturbios masivos y afectar la opinión pública antes de las elecciones de 2024. Con Marines desplegados en Los Ángeles y un aumento en la vigilancia, los analistas advierten sobre la posibilidad de ataques falsos y el riesgo de una escalada violenta. Las agencias de seguridad instan a los ciudadanos a evitar zonas de protesta y estar preparados ante posibles crisis.
Las autoridades estadounidenses se encuentran en estado de alerta ante la inminente realización de las protestas bajo el lema «No Kings», programadas para este fin de semana en más de 50 ciudades. Se teme que los activistas de izquierda radical busquen provocar un nuevo episodio de violencia similar al ocurrido con George Floyd, lo que podría desencadenar enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Los analistas advierten que este movimiento representa una estrategia desesperada por parte de la izquierda radical, que busca generar un incidente a gran escala que justifique disturbios masivos y modifique la opinión pública en contra de una posible reelección del presidente Trump. Según el experto en seguridad Matt Bracken, los manifestantes están buscando su propio momento decisivo, temiendo perder influencia política si Trump logra un segundo mandato.
El Pentágono ha desplegado Marines para proteger edificios federales en Los Ángeles, donde recientemente se registraron disturbios significativos. A pesar de la implementación de un toque de queda, persisten preocupaciones sobre su cumplimiento efectivo. Los analistas sugieren que, si la violencia aumenta, las fuerzas militares y policiales podrían adoptar reglas de compromiso más agresivas, incluyendo el uso de fuego real contra los alborotadores que ataquen propiedades federales.
Un funcionario federal anónimo expresó: «La población estadounidense está cansada de la falta de orden». Las encuestas indican una disminución en la simpatía hacia las manifestaciones violentas, con muchos ciudadanos apoyando una postura de cero tolerancia frente a los levantamientos urbanos.
En medio del descontento interno, fuentes de inteligencia han alertado sobre la posibilidad de que actores malintencionados dentro del movimiento protestante puedan llevar a cabo ataques simulados para justificar una represión o desacreditar a las fuerzas del orden. «Necesitan un incidente sangriento para galvanizar a su base», comentó un analista del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Además, esta situación interna coincide con tensiones globales crecientes. Entre los factores internacionales se destacan:
A medida que se aproxima el feriado del 4 de julio—una fecha crítica para reuniones masivas y posibles ataques—las agencias de seguridad instan a la población a mantenerse alerta. Se recomienda a los ciudadanos:
No se trata solo de manifestaciones; es un asalto coordinado contra la estabilidad estadounidense, advirtió el teniente coronel retirado Michael Roberts. «Si esto se descontrola, podríamos enfrentar una tormenta perfecta de guerra urbana, colapso económico y conflicto global».
A medida que se acerca el fin de semana, Estados Unidos enfrenta un momento crucial—uno que podría redefinir su futuro.
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