La administración Trump ha ampliado su estrategia de deportación mediante asociaciones globales, enfocándose en vuelos de repatriación voluntaria a países como México, Colombia y Venezuela. Esta nueva política prioriza el retorno seguro y digno de los migrantes, utilizando la Sección 241(b) de la ley de inmigración para negociar con naciones que acepten deportados, incluidos nacionales de terceros países. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) también ha implementado un programa que ofrece incentivos financieros a los migrantes indocumentados para que se auto-deporten, reduciendo costos y riesgos asociados con la aplicación de la ley. Este enfoque busca evitar expulsiones abruptas y coordinar refugios y centros de tránsito para un regreso ordenado. La colaboración incluye a varios países, destacando el papel activo de México y Centroamérica en este proceso. Para más información sobre esta estrategia, visita el enlace.
La administración de Donald Trump ha dado un giro significativo en su estrategia de deportación, enfocándose en los vuelos de repatriación voluntaria hacia países como México, Colombia y Venezuela. Este enfoque prioriza la dignidad y el retorno seguro de los migrantes, en contraposición a las deportaciones forzadas que han caracterizado políticas anteriores.
Mediante la utilización de la Sección 241(b) de la ley de inmigración, Estados Unidos está estableciendo negociaciones con diversas naciones para aceptar a los deportados, incluyendo a nacionales de terceros países. Entre estos acuerdos se destaca el reconocimiento de Guatemala como un "tercer país seguro" y el uso del Centro de Confinamiento por Terrorismo en El Salvador.
Varios países están colaborando con Estados Unidos en sus esfuerzos de deportación. Hasta la fecha, México ha recibido aproximadamente 38,000 deportados, incluidos 5,000 no mexicanos. Además, India y Rwanda están en conversaciones para facilitar este proceso. Las naciones centroamericanas también participan activamente en estas iniciativas, muchas veces con apoyo financiero proveniente de Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha implementado incentivos financieros y asistencia para viajes a través de la aplicación CBP Home App, destinada a migrantes indocumentados que deseen regresar voluntariamente a sus países. Esta medida busca reducir tanto los costos asociados a la aplicación de la ley como los riesgos para los involucrados.
A diferencia de las expulsiones abruptas que se observan en otros contextos, Estados Unidos está organizando refugios temporales y centros de tránsito para garantizar un retorno ordenado. Por ejemplo, se han establecido albergues cerca de Ciudad Juárez y puntos de tránsito en Honduras para facilitar el regreso seguro de los migrantes.
Las declaraciones del Secretario de Estado Marco Rubio reflejan esta nueva política: “Estamos trabajando con otros países para enviarles a algunos individuos difíciles. ¿Aceptarán esto como un favor?” Esta estrategia busca alejar a los deportados lo más posible del territorio estadounidense.
En el caso específico de México, aunque no existe un acuerdo formal, el país ha aceptado un número significativo de deportados. Guatemala ha acordado aumentar sus vuelos de deportación en un 40%, mientras que El Salvador se ha comprometido a recibir a deportados encarcelados independientemente de su nacionalidad.
Por otro lado, Venezuela ha reanudado la aceptación de sus ciudadanos deportados desde marzo 2024 tras tensiones iniciales. Honduras actúa como un puente humanitario para aquellos venezolanos que son devueltos desde Estados Unidos.
Además de las colaboraciones internacionales, el DHS lanzó recientemente un programa que promueve la auto-deportación entre inmigrantes indocumentados. Este programa ofrece asistencia financiera y logística a quienes decidan regresar voluntariamente a sus países mediante la CBP Home App.
El primer vuelo charter bajo esta iniciativa partió desde Houston hacia Colombia y Honduras el 19 de mayo, transportando a 64 personas. Según el DHS, este fue un vuelo voluntario y no una operación del ICE.
Este enfoque renovado refleja una intención clara por parte del gobierno estadounidense: gestionar las deportaciones con mayor humanidad y eficiencia mientras establece relaciones diplomáticas más sólidas con otras naciones involucradas en el proceso migratorio.
Descripción | Cifra |
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Deportados aceptados por México | 38,000 |
Aumento en vuelos de deportación acordado por Guatemala | 40% |
Capacidad del Centro de Confinamiento por Terrorismo en El Salvador | 40,000 |
Migrantes alojados en Panamá bajo programa monitoreado | 299 |