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Paralelismos, populismos y políticos (y III)
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Paralelismos, populismos y políticos (y III)

Por Jorge Molina Sanz
jueves 21 de octubre de 2021, 21:41h

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Cada día hay nuevos sucesos políticos que comentar, pero sigamos analizando las consecuencias de una deriva política populista.

Sin tregua, al primer sorbo, el marino comenta:

—Hemos visto que nuestro país podría estar ya en la «segunda etapa» de la Hoja de Ruta de un gobierno populista y que hay comportamientos que se podrían enmarcar en niveles superiores. Sería interesante analizarlos para tomar buena nota y que sirvan de reflexión.

Nuestra amiga detalla:

—Si, hemos superado con buena nota nuestra «segunda etapa populista» y, aunque no tengamos un cáncer con metástasis, se puede ver que sucede en los países en los que campa el populismo, ha alcanzado el poder y se ha implantado totalmente.

Hagamos unas pinceladas que ayuden a analizar sus consecuencias en el ámbito de lo social, los cambios que se producen en instituciones públicas y privadas, sus consecuencias para la economía y cómo afecta al progreso social.

En el ámbito «social e institucional», los gobiernos populistas siguen pautas y medidas similares:

  • Se promueven cambios constitucionales con el pretexto de que la constitución no recoge todas las aspiraciones del pueblo. La realidad es que a través de este mecanismo se cambia la legalidad y se diluyen algunas garantías constitucionales.
  • La calidad de la justicia se empobrece, se merma su independencia y se la somete a las instrucciones y directrices que emanan del poder y los gobernantes. Se le reduce su dotación de medios, se controlan los nombramientos de jueces, sustituyéndolos por afines y cercanos.
  • Este sometimiento supone una pérdida de independencia y de democracia, aunque se mantenga la apariencia formal y permanezcan todos los órganos judiciales.
  • Al mismo tiempo se crean políticas de adoctrinamiento introduciendo nuevas ideas y comportamientos sociales: Se modifica el sistema educativo; Se demoniza a los medios de comunicación independientes y se intenta estrangularlos financieramente y se riega con ayudas a los que siguen los dictados oficiales; Las redes sociales hacen el resto de la propaganda.

Interviene el marino:

—Es evidente que, en nuestro país, todavía, estamos lejos de culminar todos esos hitos, aunque se puede apreciar que con la «nueva política» del actual gobierno PSOE-Podemos, apoyado por exetarras e independentistas, se están dado pasos importantes en esa dirección.

Esta política pretende acabar con el «espíritu de la Constitución» que nos ha proporcionado grandes avances en las últimas décadas, para sustituirlo por una política binaria, crispada y plagada de enfrentamientos, que ahondan en las diferencias territoriales. Acabará habiendo españoles de primera, segunda y tercera división.

Al final, como todos nos fijamos en el «bolsillo» —señala el marino haciendo un guiño—, me gustaría saber cómo nos podría afectar en el desarrollo económico-financiero, en la creación de empleo o en los índices de prosperidad social.

Entre risas la joven amiga comenta:

—La deriva populista no se produce de inmediato y sus políticas se enmascaran de forma sutil, con muchas promesas y dádivas que se venden como protección a los pobres, a los más desfavorecidos y medidas que favorecen a la clase trabajadora. La paradoja es que estos dirigentes populistas no pertenecen a ese estrato social, de hecho, la mayoría, no han trabajado hasta llegar a la política y suelen estar alejados de las clases que pregonan defender.

Para desarrollar esta política precisan grandes dosis de propaganda, medidas que solo sirven para captar votos; como las que hemos tenido recientemente del «bono cultural», y promesas de todo tipo.

Esta política, tan alejada de los criterios ortodoxos, conlleva:

  • Un alarmante incremento del Gasto Público que produce un mayor desequilibrio presupuestario.
  • Un maquillaje de las cifras del paro y se recurre al incremento del Empleo Público.
  • Para poder sostener esta política se programan nuevas Subidas de Impuestos para intentar incrementar la recaudación para intentar equilibrar las cuentas del Estado.

En la práctica, una política de gastos hace crecer el déficit, la inflación y los desequilibrios.

  • La promesa de que sólo se va a gravar en Impuestos a los ricos se desvanece rápidamente porque esas subidas afectan a todos, directa o indirectamente.
  • Para satisfacer la voracidad fiscal aparecen Nuevos impuestos, como el que ya se ha anunciado de los peajes en autovías que gravará a trabajadores, clases medias y empresas por lo que afectará a todos.
  • Se crea un mecanismo endiablado, con un incremento desorbitado del Déficit Público y como resulta insuficiente se recurre a nuevas subidas de impuestos.
  • El resultado, mayor desequilibrio en la cuentas del Estado y un alarmante empobrecimiento del país y más aumento de la Deuda públicaque, además de su costo, conlleva pérdida de credibilidad en los mercados financieros, lo que acaba afectando en el costo de esta.
  • Estas políticas suelen llevar aparejadas un incremento de la Inflación que, una vez más, perjudica a las clases más desfavorecidas.

El marino comenta:

—Es cierto que no hemos coronado estas etapas, aunque la política actual del gobierno de Pedro Sánchez se acerca de forma alarmante.

Me pregunto que al final toda esta deriva, ¿dónde nos puede acabar conduciendo?

La profesora añade:

—Es evidente que, todo lo mencionado, en el largo plazo, tiene graves consecuencias, éste es un mecanismo endiablado en espiral y acaba teniendo múltiples consecuencias como que:

  • Estas políticas llevan aparejada la desincentivación de la inversión por falta de garantías jurídicas y porque el escenario económico se presenta «confuso».
  • El sector productivo cada vez es menos competitivo por la presión de las leyes, de los impuestos, las trabas de los reglamentos y el encorsetamiento de las relaciones laborales.
  • Como consecuencia se produce la descapitalización del país por el incremento del gasto público NO productivo, los elevados impuestos y la falta de libertades.

El marino concluye:

—Como colofón se podría decir que el populismo cree en los desfavorecidos. Es el benefactor de las clases menesterosas y humildes. Los ama tanto que se afana en aumentarlos y en hacerlos crecer. El populismo es una fábrica de crear pobres. Esta es la mayor distopía del populismo.

Se levantan y se quedan mirando fijamente el mar otoñal para calmar sus ánimos.

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