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El estado del estado (68): El problema de Occidente (VII)
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El estado del estado (68): El problema de Occidente (VII)

Por Carlos González
martes 24 de noviembre de 2020, 12:14h

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Al realizar sus informes Yony se pregunta, ¿Cómo es posible que dominando como ya dominamos los humanos ciertos conocimientos básicos, no los apliquemos científicamente para resolver nuestros problemas de supervivencia y convivencia como Grupo Social Organizado (GSO)?

Esos conocimientos generales y sencillos, contrastados, y que los hemos adquirido por la experiencia pueden ser más o menos los siguientes:

Primero.- Por supuesto que no es discutible que el día que despertó la conciencia del ser humano este fue consciente de que ya había sido creado. Le podemos llamar Naturaleza o incluso vale el criterio de Dios para los religiosos. Nosotros no nos hemos hecho a nosotros mismos, y derivado de ello conocemos que hemos sido construidos de una determinada manera. Somos así, no con otra constitución. Y lo que debemos hacer es estudiar al máximo para saber cómo somos. Porque si no lo hacemos, tal como hemos hecho hasta la fecha, seguiremos actuando instintivamente. Si conocemos cómo somos ya seremos conscientes de ello y actuaremos con conocimientos conscientes, no como animales instintivos. Por ahora, aún con lo poco que sabemos, es conocido que nos une a todos los humanos de cualquier época o lugar, que por encima de todo luchamos por nuestra seguridad. Nos gusta sobrevivir. Queremos obtener agua y comida. Que se nos aporten afectos, y dárselo a los nuestros. Que cuando lleguemos a adultos poder amar a otro ser y crear una familia. Y por encima de todo, constantemente, luchamos por sobresalir y alcanzar los máximos puestos de honor y poder. Nos encanta que nos alaben y nos admiren. Si somos conscientes de todo esto anterior seguro que ya actuaremos más moderadamente y con inteligencia.

Segundo.- Ya sabemos que el genoma humano es único para toda la especie. No existe la más mínima diferencia genética entre un ser humano y otro sean de la raza o color que sean. Por ello no se explica cómo aún se siga hablando de crear unas leyes para razas, colores, etnias, costumbres, creencias, religiones o ideologías, si los problemas de los seres humanos siempre son iguales para todos. Todos queremos llevar a cabo nuestros sueños, ilusiones y proyectos, y todos experimentamos las mismas frustraciones cuando no las alcanzamos. Por ello se pregunta, ¿Cuándo nos daremos cuenta y aceptaremos plenamente que el problema que todos tenemos es sobrevivir y convivir unos con los otros, y cuanto antes creemos leyes que equilibren esa convivencia mejor nos irá a todos y antes dispondremos de un mundo mejor regulado?.

Tercero.- Somos un animal de grupo. Por ello la supervivencia y convivencia se ha de producir con leyes de grupo. Donde se busque constantemente el mejor equilibrio entre el individuo y el grupo, sabiendo que este último siempre ha de prevalecer con sus leyes frente a cualquier individuo, empresa, familia o grupo menor. A la vez que hemos de buscar pactos y equilibrios que permitan la convivencia en equidad entre distintos grupos sociales sean del tamaño o poder que sean.

Cuarto.- Somos un animal territorial. Ello significa que queremos alcanzar nuestra supervivencia asentados sobre un territorio concreto que nos proporciona alimentación, refugio y posibilidades de procreación. Sobre esos territorios hemos construido todos los Mitos del pasado: El amor a la patria, la defensa de la identidad grupal, las culturas, las civilizaciones, etcétera. Pero hemos de comprender que los del grupo de enfrente también querrán defender el suyo. Porque en el fondo todos queremos lo mismo. Hemos de buscar pactos y acuerdos intergrupales que busquen la mejor justicia para todos los componentes de los grupos sociales afectados. Es cierto que nadie podrá sobrevivir individualmente, solo lo podemos hacer en grupo, pero también es igual de cierto que tarde o temprano tendremos que crear, con los contrapesos y controles necesarios, un grupo (GSO) general que nos englobe a los humanos y trabajemos juntos pata dominar el espacio exterior y saber qué narices hacemos aquí, en este universo concreto, y con esta constitución que la Madre Naturaleza nos ha dado íntegramente.

Quinto.- También sabemos que no sirve de nada matar y dominar a los demás, al final solo con trabajo constante, con leyes que nos permitan vivir equilibradamente, y con organización social que logre alimentos para todos, espacios seguros en los que refugiarse, y con perspectivas de crecimiento de futuro podemos luchar todos por sobrevivir en el planeta tierra y conquistar otros planetas.

Cuanto antes nos pongamos todos a trabajar en ello antes alcanzaremos niveles de comunicación, cooperación y relaciones equilibradas entre todos los seres humanos.

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.

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