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El estado del estado (XXXVI): Nuevos tiempos (2)
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El estado del estado (XXXVI): Nuevos tiempos (2)

Por Carlos González
sábado 29 de agosto de 2020, 12:59h

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Yony es el principal testigo, y en este caso embajador de una cultura exterior al planeta Tierra, que puede certificar sin ser parte, que estamos ante unos nuevos tiempos.

Como nosotros lo experimentamos es con una crisis de los valores tradicionales, cambios vertiginosos, y una enorme cantidad de dudas. Ya ha sido escrito por muchos autores que para unas culturas significa crisis y angustia –porque el camino no está ya protocolizado y hay que inventar nuevas formas-, y para otras significa, precisamente, oportunidades. Oportunidades de crear, de mejorar y, sobre todo, de poner en práctica ideas y proyectos más cercanos a los conocimientos que ya dominamos ampliamente.

Nosotros ya sabemos que lo que haya en nuestra mente será lo que pondremos sobre la mesa, y en base a lo que ocupe nuestros cerebros tomaremos decisiones y adecuaremos nuestras conductas individuales y públicas. No descubro nada nuevo. También sabemos que los grandes pasos que ha dado la humanidad en su conjunto, cuando llegaron nuevos líderes que establecieron liderazgos de milenios, Sócrates y Aristóteles, Confucio, Buda, Jesús de Nazaret, Mahoma, y últimamente, Karl Marx, fue porque conocieron y aceptaron los conocimientos generales que había en ese momento aunque se vivía en las culturas antiguas y los incorporaron a un todo que provocó que se crearan esas nuevas ideas y conceptos que dieron lugar a los nuevos ritos y costumbres, los cuales se convirtieron en los dogmas fundamentales que forjaron esas nuevas culturas, esos nuevos liderazgos.

¡Ahora manejamos con total soltura los conocimientos sobre la materia, la energía de todo tipo, incluso la nuclear! Dominamos un amplio espectro de nuestro universo exterior cercano. No es un misterio para nosotros la anatomía y la fisiología humana, y así hasta un millar de libros que recogerían la información que dominamos en los laboratorios y universidades. Todo ello está a años luz de lo que conocían los creadores de las ideas y mitos del mundo en el que vivimos. Unos pretenden seguir en el Islam, otros en el Cristianismo, millones de personas son persuadidas, cuando no adoctrinadas, para que sigan en los ritos de los libros de los Vedas, China pretende adoctrinar a sus alumnos con Confucio. Los más modernos se apoyan en el Marxismo, ideología creada hace exactamente 170 años, y con unos conocimientos que no tenían nada que ver con los actuales. Y los que en verdad se creen más adelantados son los que defienden a capa y espada el gran cambio experimentado en la Ilustración y sus Mitos. Quizá deberían ser conscientes que son esquemas de pensamiento creados en el S. XVI y desarrollados en el XVII, y que provocaron un avance tremendo, pero también grandes fracasos ya en el XVIII y que varios de sus Dogmas no se han corregido, y peor aún, parece que no se quieren corregir.

¡Estamos en unos tiempos muy especiales, y Yony es muy consciente de ello, porque ya disponemos de conocimientos reales, contrastados hasta la saciedad, que nos hacen, aunque no queramos, que nos sintamos extraños en las viejas formas de pensar y de enjuiciar la realidad, y necesitamos, como agua de mayo, unos nuevos adecuados a los conocimientos que ya practicamos cada día, y que nos expliquen de otra forma, mucho más ajustada, nuestra realidad! Que nos digan cómo debemos adecuar nuestra conducta. Eso a lo que se le suele llamar mitológicamente, Moral.

Un gran pensador alemán de la segunda mitad del S. XIX, Wilhelm Dilthey, nos demostró que la clave de todo es la Concepción del mundo que adoptemos, es decir, la explicación que nos demos del mismo. La Concepción del mundo que ahora manejamos no tienen mucho que ver con los ritos y mitos del pasado, usemos los que usemos. Necesitamos una nueva Concepción global del mundo que habitamos. Y basados en ella, como hicieron en el pasado nuestros ancestros al iniciar el cristianismo o el Islam, construir nuestro futuro y avanzar a mundos y tiempos muy diferentes a los del pasado.

¡¿Por qué diferentes? Porque los conocimientos que manejamos sobre muchas cuestiones físicas y psicológicas son muy, muy, inmensamente muy diferentes de las que se manejaban, por ejemplo, cien años atrás.

¡Ya estamos en tiempos muy novedosos, quizá el problema es que sentimos tanto miedo al futuro, que queremos regresar a un mundo cómodo que creemos existía en el pasado! Ya lo dijo el poeta en 1.272, “Cómo a nuestro parecer/ cualquier tiempo del pasado/ fue mejor”.

Sobre el autor

Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El Sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados, de editorial, Letras de autor.

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