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Viajes y alforjas
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Viajes y alforjas

Por Jorge Molina Sanz
jueves 14 de noviembre de 2019, 14:41h

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Ha empezado el baile. Tenemos resultados electorales, tenemos preacuerdo y ya estamos en la compraventa de votos. Se ha abierto el mercadillo para formar gobierno.

Nuestro marino tenía sobre la mesa todos los periódicos con los resultados electorales y los comentarios de el acuerdo de gobierno entre el PSOE y UP. Sabíamos que el café iba a ser polémico.

—Viendo todo esto no salgo de mi asombro y de preguntarme si todo lo que hemos visto tiene alguna justificación. Creo que todo esto ha sido una burda manipulación, un juego de tacticismo y de propaganda. Me siento defraudado y utilizado. ¡Para este viaje no hacen falta alforjas!

La joven profesora parecía que no se iba a quedar atrás en sus manifestaciones:

—Nos hemos gastado 137 millones de euros en estas elecciones. Hemos movilizado a 535.842 personas, de las cuales unos 92.000 policías. Llevamos gastados en este año 470 millones de euros en elecciones. Todo este dispendio parece no importar a nadie, mientras nos quedan grandes dudas, no solo si estas últimas elecciones tienen sentido y si han servido para algo, además con las enormes dudas de si el gobierno que salga de estas elecciones es el más adecuado para el momento que estamos viviendo.

—¡Todo sea por la fiesta de la democracia! —dijo levantando las manos el marino y haciendo una burla— Sigamos con el esperpento. Me cuesta creer que esto sea una democracia. Cada día creo más que todo esto es una dictadura con ropajes de democracia. ¡Un fraude!

Replicó con seriedad nuestra amiga:

—No seas cínico, la democracia puede parecerte cara, puede parecerte imperfecta, pero es el mejor sistema de gobierno.

Sin perder tiempo nuestro marino replicó:

—No pongo eso en discusión, pero me enfada y me revelo por la inutilidad de las últimas generales y el uso lamentable que se ha hecho del Estado por parte de este gobierno. Todo este periodo ha sido esperpéntico. Además, me enfada y me revela que se burlen de nosotros. Si para llegar a un acuerdo tan rápido, con resultados peores por parte del PSOE y de UP, solo puedes pensar que ese acuerdo ya estaba hecho. ¿Qué sentido tenían estas elecciones? Me considero manipulado.

Nuestra profesora, mirando al marino con condescendencia afirmó:

—Es preocupante el mensaje que se está transmitiendo. Este declara con claridad que va a ser un gobierno expansionista en el gasto y que su fórmula para equilibrar las cuentas será la subida de impuestos. Lo que posiblemente no estén valorando y nos lo están ocultando, que estamos ante un escenario de crisis, en el que se pueden ver comprometidos empleos y beneficios empresariales. Me pregunto cómo piensan aumentar su recaudación cuando corremos el riesgo de un parón en la economía. En ese escenario solo queda el recurso del endeudamiento si se centran en una política de aumento indiscriminado del gasto público.

El marino añadió:

—Eso lo vimos con Zapatero, pero en aquellos momentos veníamos de una época boyante y la deuda estaba en unas cifras razonables que permitían el endeudamiento. Cosa que ahora no ocurre. Nuestro gasto público actualmente es muy alto, el sistema de pensiones está en cuestión y su endeudamiento preocupante. Lo que parece razonable es que hiciésemos un política prudente, con una visión de medio y largo plazo. Ser tan cortoplacista tiene el agravante que se venden resultados que pueden ser muy electoralistas, pero que posponen el problema para más adelante. Posiblemente con la esperanza que ese marrón lo tendrá que solucionar otros.

Siguió la profesora:

—Lo malo es que ahí no acaba el problema. Para llegar a una mayoría de gobierno se van a ver obligados a hacer concesiones y políticas que perjudican gravemente a unas regiones sobre otras. Cada vez estamos ahondando más en las diferencias entre comunidades autónomas, cada vez estamos asistiendo a una mayor radicalización y enquistamiento de los problemas. La robustez de las ideas, la credibilidad de algunas instituciones y la política de estado está llegando a los niveles más bajos que hemos visto en toda la democracia. Se están admitiendo situaciones conflictivas, que llegan a lo delictivo, sin que se esté actuando, mirando para otro lado y perjudicando a miles y miles de españoles. Y dudo que el diálogo, en algunos asuntos, sea la panacea.

El marino concluyó:

—Lo único que pienso que, si nos hemos gastado esos 137 millones de euros, en unas elecciones inútiles, que nos devuelvan el dinero. Yo reclamo la parte alícuota que me corresponda. No quiero que me timen. Por lo menos eso me da para un par de cafés. ¡Quiero cobrar mi dinero del voto!

Nos reímos, nos levantamos y nos quedamos pensando que sólo nos queda la resignación. Para no vivir con ese vacío y pensar que teníamos algo más, miramos al mar con cierta melancolía.

Repetimos que estas elecciones eran una burla, pero nos preguntamos qué podíamos hacer nosotros sí lo desconocemos todo y vivimos en la aldea.

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