OPINIÓN

El estado del estado (I): Explicación

Carlos González | Viernes 17 de mayo de 2019
En decenas de artículos publicados, así como en diferentes libros, ambos acerca de los estudios sobre los grupos humanos y su funcionamiento, siempre hablo de Grupos Sociales organizados (GSO). Hoy, a esos grupos humanos se les denomina estados. De ahí el título de, el estado del estado. En este caso dicho estado es el Español. Aunque en diferentes ocasiones se le comparará con los de su entorno, o en otras a cualquier otro del planeta, por aquello de la contraposición de culturas.

Esa visión se pretende que sea lo más objetiva posible, claro que como el objetivismo no existe, porque cada uno realizamos cualquier análisis desde nuestro punto de vista y lo juzgamos con nuestros valores, dicha mirada la realizará un individuo que aparecerá en una nave espacial y debe explicar a sus superiores, en un detallado informe, con la mayor asepsia posible, cual es a su juicio el estado de evolución de esta especie. Dado que ese observador aparece desde fuera en una superior nave espacial, hemos de concluir, tal como nos explicó J. Diamond, en su famoso libro, Armas gérmenes y acero (1997), respecto a porqué Pizarro fue allí y los Incas no vinieron aquí, que si ellos vienen y nosotros no hemos ido, esto significa que su civilización es superior y está más adelantada que la nuestra.

La primera pregunta que vienen a nuestra mente es ¿Desde qué valoración realizará su informe dicho observador?. Yo creo que para esto si disponemos ya de respuesta adecuada. En términos generales lo hará viendo y valorando su desarrollo científico, el económico, el político. Verá y valorará los niveles de conocimiento, de auto-conciencia. Las relaciones padres e hijos, las de pareja. El grado de desarrollo de la medicina, y un largo etcétera. Pero el núcleo central también podemos preverlo. Detallará a sus superiores cual es el grado de conciencia que hemos adquirido acerca de nuestra supervivencia, y lo preocupados que estamos por ella. Porque nosotros ya sabemos aquí, que un niño o adolescente no le preocupa mucho ese aspecto, a veces no le interesa nada, el adulto sabe que es la clave de la vida. Si previamente no sobrevivimos a los avatares de la existencia, no existe nada más, por lo menos para ti que eres el que lo vives.

Experimentará lo mismo que nos sucedería a cualquiera de nosotros si apareciéramos hace tres mil años, trasladados desde ahora, y viésemos como no prevén que la tierra es redonda respecto a la navegación, o que siguen un calendario equivocado y no saben cuándo sembrar o recoger, algo básico para nosotros. Supongo que ese extraterrestre dirá que no entiende –no nos entiende a nosotros- cuando aparece cualquier politiquillo/a barato/a y nos habla de un Dios o del otro, o dice que actúa en nombre de la Libertad o la Igualdad y la Ética, y nos jugamos nuestro patrimonio, o la sanidad, y nos embarcamos a seguirle a una muerte cierta. Él dirá que estamos absolutamente locos. Bueno no dirá eso, solo explicará, con total normalidad, que nuestra civilización aún vive en tiempos de la niñez, e, igual que camelaríamos a un niño con una chuche, o igual que ciertos conquistadores embaucaban con unas cuentas de cristal a muchas tribus, ahora a nosotros se nos motiva con cuatro palabras que nadie sabe lo que significan y somos capaces de poner en juego nada más y nada menos que la vida de nuestros hijos siguiendo a quien las esgrima en una plaza pública. Solo por poner un simple ejemplo, que se lo pregunten si no a los seguidores fanáticos del “Procés”.

El estado del estado pretende realizar algunas fotografías de la llamada realidad actual. En ocasiones se pretenderá que sea un video corto. En ambos soportes se pretenda intentar objetivar como pensamos, cómo actuamos. Quizá es un intento de explicar ¿Cómo es posible que en la España actual, alguien dejó bien claro que el ganador de la elecciones con 137 diputados, no disponía de legitimidad para gobernar, Se defendió con ojos cerrados a quien pretendió hacerlo con 84 y ahora dicen que, “por responsabilidad, y la estabilidad del estado”, deben apoyarlo para gobernar aunque solo dispone de 123. Y más cuando se popularizó a los cuatro vientos aquello de, “Que parte del no no entendió Vd”.

En fin, alguien al leer esto dirá, “Cómo se le ve el plumero al articulista”. Pero el extraterrestre hará también la misma crítica cuando lo haga el partido contrario –Ya veremos qué responsabilidad del estado esgrime ahora Ciudadanos-, y se verá que es algo objetivo. Algo de lo que carecemos mucho hoy en día.

Supongo que ya es hora que comencemos a decir que dos y dos son cuatro lo diga el presidente del gobierno o lo diga el obrero menos cualificado del estado.

Aunque ya preveo cierto fracaso porque, en estos tiempos, el sentido común y la prudencia… Están un poco de capa caída.

Iremos viendo.

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