OPINIÓN

Reflexiones sobre la reciente convención del PP

José Tomás Cruz | Jueves 31 de enero de 2019
Sin la menor duda, la celebración de la reciente Convención del PP ha supuesto para el partido una considerable inyección de estímulo, tanto en el aspecto ideológico como igualmente de cara al refuerzo de liderazgo de Pablo Casado y especialmente pensando en la próxima y decisiva carrera electoral que supondrán los próximos comicios europeos, autonómicos y municipales.

Todo ello tras el éxito generado por haber ganado las elecciones andaluzas, a efectos del histórico cambio político que dicha pérdida ha representado para el PSOE habiendo permanecido 36 años en el poder.

A partir de ahora y en el supuesto de que Casado asumiese la responsabilidad de gobernar España, la aplicación del artículo 155 en Cataluña sería inmediata y con todas las consecuencias para enderezar la crítica situación política de la citada Comunidad y haciendo frente a la pretensión golpista del secesionismo, lo que supondría la recuperación de una democracia distinta a la aplicada por Mariano Rajoy, orientada a la fuga de votos a formaciones como Ciudadanos y VOX tendente a rescatar la vocación mayoritaria hacia el centro derecha .

La implantación de tal proyecto supondría el retorno a los principios del partido, lo que significaría la implantación de una serie de objetivos como: una bajada de impuestos, nueva Ley de Educación, modificación del modelo de elección de los miembros del CGPJ y un largo etcétera tendente a un Estado de normalidad anterior. Compromisos todos ellos dirigidos a la recuperación del voto de todos aquellos desencantados dispuestos a reincorporarse a través de un nuevo programa con el que se identifiquen.

Frases como "menos poder político y más libertad para el ciudadano" o "Pretender devolver al ciudadano el control de su vida", suponen declaraciones que en boca de Pablo Casado y cuidadosamente elaboradas por un selecto grupo de asesores de estilo, normalmente, tienen una gran acogida entre la ciudadanía aunque en ocasiones se muevan entre lo tópico y la cursilería, pero perfectamente admisibles como arenga y dependiendo del auditorio a quien van dirigidas.

Entre el rosario de declaraciones y a modo de ejemplo cabrían destacar las siguientes, todas ellas pronunciadas en el discurso del presidente del PP en la Convención Nacional del Partido Popular, entre las cuales merecen especial atención las siguientes: "El nuestro será un gobierno compartido con los españoles para cambiar a España juntos", "España necesita sobre todo libertad y vamos a pelear en serio por ella", "Quiero hacer la mayor devolución de espacios de libertad que se haya hecho nunca en España", "Eso si va a suponer un empoderamiento en toda regla", "Esa evolución liberal a largo plazo implicará la libertad de elección en toda relación del ciudadano con la administración, que los políticos manden menos y la gente manden mas", "Vamos a derribar de una vez por todas ese muro de falsa superioridad moral de la izquierda. " No propongo un país sin socialismo, pero tampoco propongo un país en el que el socialismo sea obligatorio", " Es la primera vez que alguien tira en una dirección que ni parte de las premisas socialistas ni tampoco vira hacia la derecha nacionalista. No hay muchos países en la U.E. con una visión tan liberal, etc."

El contenido del último párrafo del presente artículo ha aparecido literalmente en todos los medios de comunicación y perfectamente podría ser tildado de utópico en algunos casos, si bien y restándole cierta grandilocuencia, también engloba ciertas dosis de necesaria aplicación... ¡¡Tiempo al tiempo!!

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